Zaragoza inauguró ayer la séptima edición del Congreso sobre Innovación Ferroviaria, en el que el tranvía de Zaragoza es uno de los temas estrella. Uno de los miembros de su comité científico comentó para EL PERIÓDICO algunos de los aspectos más relevantes del sector.

--Este congreso, ¿qué temas va a poner de relieve?

--Ponemos en común los trabajos de investigación y desarrollo de proyectos de universidades y empresas, y sirven para poder tener juicios sobre los que tomar decisiones. Ahora se está trabajando mucho en el ahorro de energía, recuperación en la frenada o mantenimiento.

--¿Se le da más importancia al transporte urbano o interurbano?

--A ambos. Y tanto al de personas como al de mercancías. En el de viajeros, quizá lo más llamativo a la hora de desarrollarlos es que se contamine menos, porque en las ciudades hay que tender a reducir el transporte que contamina y meter otros que no lo hagan, como el tranvía en Zaragoza.

--¿El tranvía de Zaragoza es uno de las mejores del mercado?

--Muchos países del mundo están reconociendo que es ejemplar, no solo por su funcionalidad de cara al cambio urbanístico y social, como también por como se ha creado la empresa que lo gestiona o como se están haciendo las obras.

--Van a empezar las pruebas sin catenaria en Independencia. ¿Es lo que más destacaría?

--Todo el mundo va a estar pendiente del resultado de estas pruebas, pero estamos seguros que dará buen resultado. El sistema tranviario es muy potente, con mucha capacidad de transporte, bien gestionado optimizando los recorridos y va a circular sin catenaria ahorrando energía. Es un ejemplo.

--En esa dicotomia con el metro, ¿diría que el tranvía le está ganando la batalla en las ciudades?

--Es que esa dicotomía va en función del número de habitantes. El metro no tiene sentido en una ciudad que no supere los 900.000 habitantes, no es rentable. Para una ciudad como Zaragoza, por ejemplo, es mucho mejor y más rentable el tranvía.

--¿Y urge mejorar el Cercanías?

--El Cercanías siempre es muy útil para la ciudad que lo tiene, pero también hay que pensar en lo que cuesta, que el dinero no surge del suelo y hay que amortizar lo que ha costado construirlo. Los clientes que lo utilizan están financiando la inversión que se ha producido. Si no, mal vamos.