La nutria ha empezado a asentarse en la mayor parte de los ríos de Aragón, tanto en los de la margen izquierda como en los de la derecha del Ebro, de manera que la especie "ha pasado de estar prácticamente desaparecida a estabilizar sus áreas de distribución" en la comunidad. Así lo confirma Alfonso Calvo, jefe de Estudios Medioambientales de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), quien en la actualidad está finalizando unos estudios genéticos pioneros en España que, a primeros del 2012, permitirán conocer el número de ejemplares que pueblan los ríos de la cuenca aragonesa.

La especie, catalogada en Aragón como sensible a la alteración de sus hábitat, sufrió un fuerte declive en los años 70, "siguiendo una dinámica similar a la detectada en el resto de España, pero se recuperó entre los años 1984 y 1996. Y los estudios realizados por la CHE desde el año 2002 hasta la actualidad confirman esta mejoría", añade este biólogo, quien explica que durante las décadas de los 50, 60 y 70, la nutria desapareció de numerosos países europeos.

"En los años 80 ya estaba extinta en Holanda, Bélgica, Suiza y Luxemburgo. Casi lo estaba en Inglaterra, Italia, Suecia, Dinamarca y la antigua República Federal Alemana. Y en otros países estaba ausente en la mayor parte de su superficie, tal era el caso de Francia Noruega, Austria, Polonia y España".

LA MEJORÍA Pero el aumento de la calidad del agua de nuestros ríos y de los hábitats desde los años 80 ha permitido, aseguran, una importante recuperación de la especie. "En dicha década, la especie solo estaba presente en algunos tramos de ríos pirenaicos. En los 90 ocupaba ya buena parte de las cuencas de los ríos Gállego, Cinca, Aragón y Ésera y a principios del 2000 los estudios indicaban que la especie estaba empezando a asentarse en la mayor parte de los ríos aragoneses", explica Calvo.

Desde el año 2009, la CHE comenzó a aplicar técnicas genéticas para censar la especie sin necesidad de capturar animales, tal y como se estaba realizando hasta entonces, en los ríos Aragón, Guadalope y Gállego. Un método basado en la recogida de excrementos para su posterior análisis de ADN en laboratorio, lo que permitirá determinar la localización geográfica de cada uno de los ejemplares.

LA TÉCNICA De esta manera, se mejora la técnica usada desde los 80 del Otter survey (sondeo de nutrias), que determinaba la presencia o ausencia de la especie en cada una de las estaciones de muestreo a lo largo de un río, en donde se buscaban excrementos, huellas, etc.

"No me atrevo a dar una cifra, ni siquiera aproximada del número de nutrias que pueden habitar en Aragón. Porque aunque encontremos numerosos rastros, también hay que contar con la posibilidad de que sea el mismo animal que se mueve hacia arriba y hacia abajo a lo largo del río", afirma Alfonso Calvo.

Este experto recuerda que aunque las competencias sobre la flora y la fauna las tiene el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno aragonés, el organismo de cuenca tiene la obligación de conocer el medio del Ebro, tal y como establece el acuerdo de la Directiva Marco del Agua, de ahí esta serie de seguimientos y estudios.