El Gobierno aragonés tiene contabilizados un total de 63 "presuntos" ataques de buitres leonados a ganado desde el año 2008 hasta la actualidad, de los que solo 23 han sido objeto de algún tipo de reclamación. Unas cifras que sirven a Medio Ambiente para afirmar que, pese a las denuncias de los ganaderos, "no existe un cambio de comportamiento de la especie, ya que siempre ha existido la posibilidad de que puedan incidir, ocasionalmente, sobre animales postrados o incapacitados para el movimiento". Lo que viene a rebatir las "evidencias" de los ganaderos que insisten en asegurar que sí se ha producido dicho cambio desde que se limitó la aportación de comida para estos buitres.

Esta estadística oficial ha sido elaborada a partir de los casos comunicados a Medio Ambiente que evidencian que "salvo en las comarcas de Gúdar-Javalambre, Maestrazgo y, en menor medida, la de Cinco Villas, los incidentes se reparten de manera muy ocasional, lo que lleva a pensar en un efecto de los modos de explotación ganadera".

Por provincias, 30 casos se produjeron en Teruel; 23 en Zaragoza y 10 en Huesca. Por comarcas, 11 se localizaron en Gúdar-Javalambre; 10 en Maestrazgo; 9 en Cinco Villas; 6 en Calatayud, 5 en Comunidad de Teruel, y a partir de ahí ya se rebaja al mínimo.

Por fechas, 14 se comunicaron en el 2008; 22 en el 2009; 20 en el 2010 y 7 en el 2011.

EL ATAQUE DEL 2012 Respecto a los ataques denunciados este mismo mes en Tramaced con tres vacas muertas, y que supondrían los primeros del 2012, el director general de Conservación del Medio Natural, Pablo Munilla, contesta que "no existen indicios concluyentes de que el buitre haya sido la causa de las muertes".

Por otro lado, Medio Ambiente recuerda que "aunque parece que estos ataques son una situación novedosa y ligada a la retirada obligatoria de cadáveres motivada por la normativa comunitaria y estatal, en Aragón los primeros datos constatados de incidentes se remontan a los años 90".

Unos casos que siempre se han dado, añade, sobre "reses que, o bien han sido objeto de un ataque o incidente previo o se encuentran en el momento del parto o en las fases inmediatamente anteriores o posteriores a este. Y donde la falta de vigilancia y de atención puntual sobre los ganados es una constante", concluye.

Pablo Munilla asegura, no obstante, que la situación mejorará con la pronta puesta en marcha de zonas remotas para el abandone de cadáveres de explotaciones extensivas.

En cuanto a las indemnizaciones, Munilla contesta que "todas se pagan por decisión judicial, ya que no existe una normativa que reconozca dichos pagos".