No hay manera de que el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) concite acuerdos en torno a cómo actuar con el estadio de La Romareda. Ni el estudio técnico que informaba de su estado de conservación y las mejoras urgentes a acometer por seguridad impidió ayer, en el pleno del ayuntamiento, el efecto boomerang para darse de bruces con el "espíritu" del acuerdo de cesión a 75 años que aprobaron en el 2015 PP, PSOE y CHA, que de nuevo urgen rescatar. Su posición se alinea con el club, el Real Zaragoza, y sus circunstancias económicas para evidenciar que el responsable de Urbanismo, Pablo Muñoz, está solos para instar a la entidad a costear la reforma.

Así se lo hicieron saber las tres formaciones en la moción presentada por CHA que pedía iniciar las conversaciones con el club. Al tiempo que le recriminaban que, un año después de revocar su acuerdo, no haya una alternativa que debatir. "Con ese convenio, el canon anual que se comprometía a pagar el Zaragoza --unos 232.000 euros-- habría pagado esas obras. No ha reconducido esa vía, es que la han cerrado con siete llaves", reprochó el nacionalista Carmelo Asensio.

El conservador Ángel Lorén manifestó su "decepción" porque ante esas "graves deficiencias con riesgo para las personas", que ya indicó Arquitectura en el 2013, dijo, el único avance sea revocar un acuerdo que tuvo 28 de los 31 votos. "El club no necesita que se le penalice y se le castigue más en este pleno".

La socialista Lola Ranera lamentó que ZeC no destine ni un euro a la conservación de un estadio por el que pasan cada año más de 400.000 personas, cuando otros equipamientos (citó al Teatro Principal o el pabellón Príncipe Felipe) sí reciben mejoras con menos afluencia. "No le gustaba ese convenio y no ha puesto una alternativa", le dijo.

Desde Ciudadanos, Alberto Casañal se limitó a quejarse de que la documentación del estudio le llegara un día antes de debatirlo, con casi 400 páginas.