El Instituto Aragonés de Estadística ha publicado un interesante trabajo sobre la población de los pueblos de Aragón entre 1900 y 2004. En este estudio se puede comprobar como la mayor parte de estos tuvieron un máximo de población entre los años 1930 y 1940 y que a partir de los años 50, coincidiendo con el éxodo de la población rural a las grandes ciudades, fueron perdiendo población de manera muy importante y progresiva.

En el informe también se aprecia que esta tendencia regresiva se ha conseguido parar e incluso invertir en algunos municipios en los últimos cinco años. Este freno a la despoblación en este último periodo tiene un denominador común como es la llegada de población inmigrante.

Una de las principales prioridades de nuestros ayuntamientos es mantener la población de sus municipios.

Ante esta perdida de población sufrida por nuestros pueblos y el difícil e improbable regreso de los que se marcharon, la llegada de inmigrantes ha sido el factor principal para volver a revitalizar la vida de nuestras localidades.

Desde el Ayuntamiento de Morata de Jiloca y conscientes de todo lo comentado anteriormente, nos planteamos en el año 2000 la llegada de familias de otros países.

Contactamos a través de la Asociación de Municipios contra la Despoblación con familias argentinas que estuvieran dispuestas a vivir en nuestro pueblo. Estas tenían que tener hijos en edad escolar, ya que una de nuestras prioridades era mantener el colegio, porque cuando la escuela de un pueblo se cierra es el comienzo del fin del mismo. Es el indicativo de que no hay relevo generacional, de que la pirámide de edades no tiene una base para sustentar el futuro de la localidad.

La llegada de estas familias ha permitido tener abiertas dos aulas en el colegio y revitalizar la vida de nuestro municipio.

Con posterioridad ha llegado más población inmigrante, principalmente de América Latina y de los países del este de Europa, con lo que tenemos un colegio en el que comparten clases y juegos niños que provienen de cuatro países diferentes y en el que de 21 alumnos doce son inmigrantes. Esta relación desde edad escolar en un colegio multicultural será un factor de integración muy importante para sus posteriores relaciones.

De la misma forma que en Morata de Jiloca la llegada de inmigrantes ha permitido en muchos pueblos aragoneses consolidar una población en retroceso, volver a reabrir escuelas que estaban cerradas, que los niños vuelvan a correr por las calles vacías y encontrar la mano de obra necesaria para la recolección de los frutos del campo.

El incremento demográfico facilita también abrir centros sociales, encontrar personas que cuiden de los niños y acompañen y ayuden a las personas de mayor de edad que quieren seguir residiendo en el mismo sitio que han vivido siempre. En definitiva, han vuelto a dar vida a nuestros pueblos.