«Todavía recuerdo como, de crío, veía navegar a las barcas a lo largo de todo el Canal. Hoy en día eso es impensable por el entorno y por los puentes que se han ido construyendo». Joaquín Salvador, presidente de la asociación vecinal Venecia-Montes de Torrero, en Zaragoza, hablaba ayer con nostalgia con motivo de la celebración de la 35 edición de la Bajada del Canal, un encuentro que congregó a numerosos participantes para reivindicar, como siempre, cuestiones relacionadas con el agua.

La sentencia de la Audiencia Nacional respecto al pantano de Biscarrués centró la principal crítica. «Este año tenemos el orgullo y la satisfacción de saber que algo que denunciábamos ha sido finalmente corroborado por la Justicia. Seguiremos en la lucha contra la construcción del embalse», dijo Salvador. Desde el municipio oscense se desplazaron varios vecinos para participar en la bajada con dos grandes embarcaciones.

También el Impuesto de Contaminación de las Aguas (ICA) se hizo un hueco en este acto lúdico y reivindicativo. «Que se duplique el impuesto no nos parece bien», añadió Salvador, quien pidió «contante limpieza y adecuación de las riberas» del Canal durante todo el año.

«Se han recortado hierbas y hoy —por ayer— lo hemos encontrado limpio, pero en muchas otras ocasiones está impracticable. La maleza crece mucho, los árboles están secos y en los últimos meses ya han caído algunos», señaló Salvador. «Los ríos son de todos y para todos. Y el Canal también».

«Lo ideal y lo que nos gustaría es que fuera navegable», dijo el presidente de la asociación, recordando sus tiempos de niñez. «Ahora, cuando se hace la bajada, mucha gente se tiene que agachar al pasar por alguno de los puentes. Hay dos embarcaderos, uno en la zona de Venecia y otro en La Paz, pero entre los dos no se puede circular por estos puentes», insistió Salvador.

Los vecinos también piden que se cuiden los andadores. «Especialmente el que va desde la avenida América, pasa por San Juan de Dios, y se adentra en el corazón verde. Está hecho una porquería, con mucha suciedad y excrementos de perros», reiteró. La fiesta de ayer culminó con una comida popular y numerosas actividades entre las que se dio opción a los colectivos a exponer sus demandas mediante un micrófono, abierto, a pie de calle.