El Tribunal Supremo ha absuelto a Tomás García Montes, exdirector general de la Caja Inmaculada (CAI) entre el 2005 y el 2009, así como a Francisco Javier Alfaro Navarro, antiguo responsable de la matriz inmobiliaria de la entidad en el centro y sur de España, y a Ramón Marrero Gómez, exsocio de la caja en los negocios del ladrillo en Andalucía, según la sentencia a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. Los tres habían sido condenados en marzo del 2017 por la Audiencia Provincial de Zaragoza a cuatro años de prisión por un delito de apropiación indebida agravada.

El periplo judicial por este caso se inició hace más de cinco años, cuando en octubre del 2012 el consejo de administración de la CAI presentó una querella contra estos exdirectivos, a los que responsabilizaba del quebranto económico ocasionado por tres asuntos concretos. El primero, un viaje privado realizado a Egipto por García Montes y sus familiares, cuyo coste (195.739,49 euros) fue pagado por la caja. El segundo, la compra de dos viviendas en el Puerto de Santa María (una para el exdirector general y otra para Alfaro) promovidas y administradas por la CAI, que fueron adquiridas con una rebaja del 50%. El tercer punto en discordia era la ruptura de la relación comercial pactada entre Marrero y la CAI.

La sentencia de la Audiencia Provincial de Zaragoza les castigaba también con el pago de sendas multas de 3.600 euros a cada uno y de indemnizaciones por diversos conceptos que en conjunto rozan los 7 millones de euros (6.927.915), pero les absolvió de los delitos de administración desleal y estafa continuada. El Supremo rectifica ahora este fallo judicial y absuelve a los tres condenados.

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