Víctor Casanova trabaja en la ONG Security Council Report, en Nueva York. Tiene 27 años y lleva 4 años residiendo en la sede de Manhattan y ya no le dejan volver a solicitar la residencia temporal. Salió de España hace seis años por motivos laborales. Su carrera no podría desempeñarla en Huesca, su ciudad. Para las elecciones del 2011 se inscribió en el censo como residente temporal. "Yo no puedo hacerlo como permanente porque no estoy fijo aquí, dependo de mi trabajo y, según la ley, uno es permanente cuando ya no va a moverse del lugar", explica. Hasta aquí una norma porque por otro lado, hay "otra ley no escrita --porque insiste que por más que la ha buscado no la ha encontrado-- que dice que para ser temporal tienes que llevar "menos de un año residiendo en el extranjero". Para votar en las elecciones europeas del año pasado volvió a inscribirse en el cónsul de Nueva York como temporal. "Me dejaron hacerlo por segunda vez pero me dijeron que era la última, que para los próximos comicios tengo que hacerlo como permanente". Un hecho que descarta casi por completo. "Perdería mi derecho a votar en las municipales de Huesca y no estoy dispuesto. También perdería la sanidad en España". Para evitarlo, dice, el Gobierno le está obligando de forma indirecta a no solicitar su voto y no censarse en el consulado. Una idea descartada. "Es cierto que votamos de forma voluntaria, pero es nuestro derecho y ha costado mucho conseguirlo".