Para Patricia Heredia su estancia en Estados Unidos supuso un paréntesis en el atletismo. La lanzadora de peso estuvo sin competir año y medio. Su última competición fue en junio del 2014 en el Torneo de Federaciones. Hace un mes volvió a tirar en un control celebrado en el Palacio de los Deportes. Se fue hasta los 13,56 y realizó la mínima para el Campeonato de España absoluto. El pasado fin de semana repitió en la Copa de la Reina, donde lanzó 13,66. La taustana es la vigente plusmarquista aragonesa de peso con 15,46.

La atleta decidió dar un giro de 180 grados en su vida hace año y medio. Se lanzaba a la aventura en Estados Unidos. "Terminé un poco saturada y los últimos meses apenas se entrenaba. En Estados Unidos he hecho poco atletismo y no lo he echado en falta. Pero he vuelto a coger el nervio competitivo, aunque no me han vuelto las ganas de entrenarme. Pensar que tengo que hacerlo cotidianamente me agobia un poco. Hago deporte por placer y, si las marcas van saliendo, encantada", explica la atleta.

En julio del 2014 cogió un avión con destino a Boston. Le esperaba una familia en la pequeña localidad de 15.000 habitantes llamada Westford en el estado de Massachusetts. Heredia iba a trabajar de niñera. "En el momento fue una decisión dura. No era consciente de que eran doce meses y no iba a volver. Pero si no hubiera hecho, me habría arrepentido. Acepté la familia en febrero y me fui cinco meses más tarde", indica Heredia.

Desde el principio era casi como la hermana mayor de la familia. "Me sentí como parte de ellos. Nos respetábamos y teníamos momentos más tensos. La madre era abogada, y el padre, ingeniero y yo cuidaba a tres niños. El mayor tenía diez años y las dos pequeñas tenían siete y cinco años. Los llevaba al colegio y jugaba con ellos hasta que llegaban sus padres. Iba de lado a lado con el coche porque hacían muchas actividades extraescolares", afirma la atleta aragonesa.

Westford está a una hora de Boston en coche. "Vivían en una casa con un jardín enorme. Ese lugar tiene el típico bosque de las películas con un lago lleno de ciervos. Massachusetts es un estado rico y la urbanización era de un nivel medio-alto. Es una localidad superextensa con casas individuales. Se recorre de lado a lado con coche en 20 minutos. Nada que ver con Tauste".

Mujer con carácter y temperamento, Heredia se tuvo que adaptar a la cultura y a la peculiar manera de ver la vida de los norteamericanos. "Yo soy muy española y el carácter lo tengo muy español. Pero valoro muy positivamente su modo de vida. Son políticamente educados. En mi familia eran un poco fríos en algunos momentos y, sin embargo, yo era supercariñosa con los niños. Por ejemplo, los que trabajan en un supermercado son muy naturales y más simpáticos que aquí. Pero cuando los conoces, son menos abiertos. Aunque me gusta la independencia que tienen desde pequeños. En España se depende más de tu familia y de tus amigos", indica Heredia.

Experiencia positiva

La experiencia fue muy positiva. Ganó un dinero, conoció un país apasionante y desconectó de la rutina de su vida de siempre. "Para ser niñera tenía el límite de los 27 años y yo estaba en los 26. No podía posponerlo un día más. Económicamente era la mejor opción. Con ellos trabajaba 45 horas a la semana y tenía una paga. Contaba con diez días de vacaciones al año pagados. Cada día tenía dos horas libres", explica.

Tras la jornada, toda la familia se juntaba a la mesa para cenar. "Nos sentábamos juntos a la mesa sin ver la televisión para que cada uno contara su vida. Hacen una dieta variada. La comida de aquí no existe prácticamente y la cena era fuerte. Eran frecuentes verduras cocidas, un filete de carne y mucho arroz. Los niños comían mucha pasta", explica.

Heredia también tuvo tiempo de hacer deporte. Trotaba por los alrededores de su casa, se apuntó a un gimnasio, jugó dos meses con un equipo de voley y conoció el crossfit. "Fue una experiencia dura e impresionante. Veías unas mujeronas con una fuerza increíble". Al final del verano regresó a su Tauste natal. Ahora prepara unas oposiciones y piensa que aún tiene que llegar la competición de su vida.