Dos partidos seguidos en casa suelen ser una excelente rampa de despegue para cualquier equipo. Al Zaragoza, que va a recibir este sábado al Lugo y el próximo al Tenerife, se le presentan ahora en el calendario como la oportunidad de enderezar el torcido rumbo que ha llevado, pero sobre todo para obtener gasolina en forma de moral y de confianza.

Al equipo de Paco Herrera le han faltado muchas cosas en este arranque liguero, donde colecciona dos empates, ante Mirandés en La Romareda y en el Rico Pérez frente al Hércules, y una derrota ante el filial del Barcelona. Entre todas las carencias como bloque hay que citar la escasa seguridad defensiva, el pobre fútbol y la poca llegada. Pero quizá lo peor es la falta de confianza, de alma. Eso se hizo patente en el Mini Estadi, donde se vio que el Zaragoza necesita ese refuerzo anímico que solo las victorias dan para tomar impulso, para creerse su nueva realidad y para dejar atrás viejos miedos del pasado.

De ahí que este doblete de partidos en casa se vea en el club como absolutamente vital. En las oficinas zaragocistas se piensa que una victoria ante el Lugo es la mejor medicina posible. Si a esos tres puntos se le añade otro triple frente al Tenerife la situación cambiará mucho con respecto al escenario actual, donde el Zaragoza, con dos puntos de nueve, es el equipo que cierra los puestos de permanencia en la categoría de plata, una realidad alejadísima del objetivo del ascenso.

El Lugo, que colecciona cuatro puntos y una derrota en su única salida, ante el Barça B, y el Tenerife, que estaba en Segunda B el curso pasado y que ahora vive en descenso con un solo punto, se presentan como dos rivales que pueden ser propicios para el despegue, para el obligado paso que debe dar el Zaragoza para tomar vuelo después de un comienzo liguero descorazonador. Además, después de esas dos citas, el equipo rinde visita al Real Madrid Castilla, que también anda en descenso con cero puntos.

La última vez que el Zaragoza tuvo dos citas seguidas en casa fue en la recta final de la temporada pasada y fue capaz de ganar al Mallorca (3-2) y al Rayo (3-0) en las jornadas 33 y 34, seis puntos seguidos que no pudieron evitar el descenso a Segunda. Con todo, La Romareda ha distado mucho de ser un fortín en los últimos tiempos. La temporada pasada solo se amarraron en casa cinco victorias y 19 puntos de 57 posibles. Cuatro empates y 10 derrotas completaron el balance. Esta temporada el primer partido en el Municipal ya supuso el primer traspié, ya que el conjunto de Paco Herrera no fue capaz de superar al Mirandés en la segunda jornada (0-0).