"No tiene sentido hablar de destitución ahora, el Zaragoza será de Primera con Paco Herrera". La frase de Moisés García León en una entrevista a este diario el pasado lunes no ha perdido demasiada vigencia. Es más, el club, tanto en público como en privado, mantiene que ni se ha planteado el adiós del entrenador catalán tras un comienzo de temporada nefasto que ha dejado al Zaragoza en zona de descenso a Segunda B, con dos puntos de doce, con un fútbol muy pobre y apeado en la Copa el martes.

Sin embargo, los dos próximos partidos, ante los dos rivales que están más abajo en la tabla que el equipo aragonés --el Tenerife es penúltimo y el Real Madrid Castilla es colista-- marcan una frontera para el entrenador, cuyo entorno intuye que si no llega una reacción, en lo futbolístico y en los resultados, su puesto se tambalearía muy seriamente porque el Zaragoza habría llegado a la sexta jornada del campeonato con un más que discreto nivel.

El trago copero

La eliminación en Vitoria no ha supuesto demasiado descrédito para Herrera. La Copa no dejaba de ser este año un torneo muy secundario al lado del objetivo de ascender, pero el Zaragoza, que mejoró un ápice sus sensaciones con respecto al Lugo, tampoco dio buenas señales en Vitoria, lo que no ayuda a Herrera, que sabe que el partido del sábado ante el Tenerife, con una afición previsiblemente de uñas, es clave.

Al Zaragoza le sigue costando un mundo hacer fútbol y goles, mientras que tampoco anda seguro atrás. Herrera ha cambiado sistemas --el último un 4-1-4-1 en Vitoria--, busca soluciones y mantiene un diálogo fluido con el vestuario para intentar reconducir la situación. Ha hecho terapia individual y conjunta con sus jugadores. Todo eso habla a favor del técnico, pero no lo hacen el fútbol y los resultados.

La experiencia y su bagaje en la categoría de plata también le favorecen a ojos del club, lo mismo que los dos años de contrato que firmó y la terrible estrechez de la economía zaragocista. La elevada indemnización de Manolo Jiménez llevó a que Agapito le aguantara el curso pasado tras 15 jornadas sin ganar y no llegó la reacción para evitar el descenso. Estar en el banquillo tanto tiempo sin ganar será algo que no se repetirá con Herrera.

El ejemplo de Oltra

Tantas penurias económicas tiene el Zaragoza como el Mallorca y el mal inicio de temporada del conjunto balear, también recién descendido como los zaragocistas a la categoría de plata, ya ha colocado a José Luis Oltra en el disparadero. Con tres puntos --una victoria y tres derrotas como balance-- de doce y una goleada del Alcorcón para dejarle fuera de la Copa, algunos medios de la isla ya daban por sentenciado ayer al entrenador valenciano no solo por los malos resultados sino por la imagen de derrotismo dada por el técnico tras caer ante el Alcorcón, algo que también hizo Herrera tras las derrotas ante el Barça B y el Lugo. En todo caso, la decisión depende de Serra Ferrer, máximo accionista, y que podría volver a los banquillos.