La asunción por parte del Banco Central Europeo (BCE) de la supervisión de la mayoría de las entidades financieras de la zona euro el pasado noviembre ha supuesto un terremoto en las prácticas a que estaban acostumbrados los bancos españoles, hasta entonces controlados por el Banco de España. A principios de año, la presidenta del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) del BCE, Danièle Nouy, remitió a todas las entidades una carta en la que establecía un nivel mínimo de capital. En septiembre, las entidades recibirán una nueva comunicación con los nuevos niveles que se les exige, según fuentes financieras.

Los equipos de supervisión del MUS --órgano del banco central responsable de controlar a los 128 mayores bancos de la eurozona-- llevan desde final de marzo preparando un informe sobre la situación de cada entidad: "En julio estará el informe y en septiembre está prevista la decisión, qué será individual para cada entidad y no se hará pública".

RECARGOS

Los bancos serán divididas en cuatro grupos según su perfil de riesgo (riesgo de liquidez, de crédito, operativo, de mercado,...), siendo el primero el de menor riesgo. "Del grupo uno no hay entidades en Europa, del dos alguna, la mayoría estarán en el tres, y algunas en el cuatro", apuntan. La decisión sobre el nivel de solvencia se derivará de dos guías o criterios: el instrumento de autoevaluación de capital y el de valoración del apetito de riesgo.

Hasta ahora, el BCE ha exigido niveles superiores al mínimo legal y en línea con la normativa contable Basilea III como si esta estuviera ya en vigor: 8% en general y 9% para los bancos sistémicos. Pero no se descartan "posibles recargos de capital sobre el CET1 (el de más calidad para absorber pérdidas) o el Pilar 2 (instrumentos adicionales para el mismo fin)", apuntan.

"Los bancos españoles estamos sobreprovisionados (provisiones para hacer frente a pérdidas) pero tenemos menos capital que los europeos, más o menos un punto menos", añaden. Otras fuentes estiman que el MUS exigirá a los bancos españoles niveles de entre el 8% y el 10%.

Para hacer el informe, los inspectores asisten a reuniones de órganos de gobierno como los consejos o a comisiones como la de riesgos o la de auditoría interna, pero se salen cuando se toman decisiones para no hacerse coresponsables de las mismas. Además, mantienen encuentros con los responsables de los bancos (directivos, ejecutivos...).