Las plantillas del sector financiero comienzan a perder cada vez más peso en España y en Aragón. Sin embargo, la fórmula de las prejubilaciones, tal y como se entendía hasta ahora, parece tener los días contados. En su lugar, la banca apuesta ya claramente por los expedientes de regulación de empleo (ERE). La reestructuración de las cajas de ahorros, la obligación de elevar la solvencia de las entidades, la reducción de los márgenes durante los últimos años y las numerosas incógnitas sobre el futuro del sector financiero han puesto fecha de caducidad a las prejubilaciones de antaño. Por tanto, el retiro de los trabajadores del sector bancario comienza a cambiar de fórmula.

Hasta ahora era la entidad la que se hacía cargo, de forma íntegra, del coste del despido de un trabajador --a través de sus propias reservas y beneficios--, pero ahora parece ser una losa demasiado pesada para cajas y bancos. La estrategia parece estar cambiando. Ahora, algunas entidades optan por enviar al trabajador dos años al desempleo y, posteriormente, complementar su salario hasta el día de su jubilación. Incluso, algunas fuentes sindicales, afirman que las entidades "prefieren despedir a los empleados que llevan poco tiempo en el trabajo, porque sale más barato que prejubilar a personas que llevan mucho tiempo".

OPERACIONES EN MARCHA Ante este panorama y el coste de reducir plantillas, las entidades han tomado distintas estrategias. Barclays es el ejemplo de mayor impacto en Aragón.

Barclays compró a Banco Zaragoza en 2003 y desde entonces mantiene una importante presencia de empleados en servicios centrales de Zaragoza. Proporcionalmente, Aragón es la comunidad que aporta una mayor reducción de empleo de toda España.

La entidad ha planteado el cierre de 23 oficinas (128 en España) y la salida de unos 130 trabajadores (700 a nivel nacional). Y para ello se ha recurrido al Expediente de Regulación de Empleo (ERE).

El cambio sustancial es que los trabajadores irán dos años al desempleo --con el consiguiente gasto para las arcas públicas-- y tras ese periodo la entidad complementará su salario, en función de lo acordado entre comité y dirección, hasta la jubilación del empleado. Desde la Federación de Servicios Financieros de CCOO en Aragón apuntan que se trata "del mayor caso" de una entidad en la comunidad y "el mayor ERE" de la banca en toda España.

El debate surge si comparamos esta situación con la anterior --en la que la entidad se hacía cargo íntegramente del coste-- o si la comparamos con el resto de empresas que han aplicado un ERE, en las que también se recurre al subsidio por desempleo.

Además, los sindicatos denuncian que también hay casos de goteos constantes de despidos. Una situación que queda al margen de los acuerdos previos entre la entidad y los sindicatos. "Ahora prefieren despedir o llegar a acuerdos individuales claudicantes con los trabajadores", apuntan desde CCOO en Aragón que señalan a Banesto y Bankinter como algunos de los bancos que han puesto en marcha estos mecanismos, que suponen "ERE encubiertos y que ambos bancos niegan acuerdos globales para salidas menos traumáticas", concluyen desde CCOO.

EL ORIGEN Este cambio en la forma de actuar responde también a las recomendaciones (o imposiciones) que dio el Banco de España en el inicio de la reestructuración. Entonces, el organismo regulador apuntó que las entidades de crédito en Aragón deberían dar cerrojazo a entre 300 y 350 oficinas más --en torno al 20% del total-- para alcanzar una adecuada redimensión del sector. Según los datos del primer trimestre del 2011, solo en la comunidad han cerrado más de 120 sucursales en los últimos dos años --entre diciembre del 2008 y diciembre del 2010--. Por tanto, parte del camino se ha recorrido ya, pero aún queda un largo trecho. La consultora Analistas Financieros Internacionales (AFI) pronosticó en agosto del 2009 que en Aragón se suprimirían 300 oficinas en tres años. Y la cifra se puede quedar corta.