Fernando Lalana con Parque muerte y César Mallorquí, con La isla de Bowen, han sido los ganadores de la XX edición del Premio Edebé de literatura Infantil y Juvenil. Si para Fernando Lalana supone su debut en este Premio, para César Mallorquí esta es la cuarta vez que logra el galardón.

Tanto Lalana como Mallorquí confesaron ayer, durante la presentación de sus obras, que más allá de tratarse de literatura infantil y juvenil, han escrito estas obras "pensando en lo que a ellos les gustaría leer". De esta forma, Lalana habla en Parque muerte con humor, a veces sarcástico, de un tema incómodo y nada habitual en la novela infantil: el suicidio y la muerte. Con el escenario de un peculiar parque temático, el autor sumerge al joven lector en un "relato de intriga, fantasía y amor", tal y como explicó el escritor Ramón Acín, quién dirigió ayer el acto que tuvo lugar en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés ante un grupo estudiantes del instituto Grande Covián y María Auxiliadora, que ejercieron de críticos y periodistas.

"Contiene ácido sulfúrico en amplias dosis", apuntó Acín sobre la obra de la Lalana. Por su parte, el aragonés admitió que el objetivo de la publicación de esta novela era intentar ganar el concurso y por eso arriesgó con la temática: "Me la jugué con el tema de la muerte", reconoció. Y es que, a pesar de haber sido premiado en varios certámenes, como el Nacional de la literatura infantil en 1991 por Morirás en Chafarinas o el Premio Barco de Vapor, el zaragozano reconoce que este premio es "una de las mayores alegrías de los últimos años y una tarea pendiente".

Finalmente, Lalana insistió en que la novela no solo se dirige al público infantil ya que "a ellos muchas cosas se les va a escapar" y advirtió que "no es fantasía como las orejas puntiagudas de los elfos, la muerte es real".

En el acto, que presentó la directora de edebé, Reina Duarte, también asistió César Mallorquí, quien explicó más detalles de La isla de Bowen. Para esta obra también hubo buenas palabras, en especial de su compañero Lalana que aseguró que "si me hubiera presentado a la categoría de literatura juvenil hubiera perdido ante está magnífica novela". Asimismo, manifestó que "esta es la primera vez que me leo entera una novela juvenil, ¡Y del tirón!".

'LA ISLA DE BOWEN' La novela del autor catalán es un homenaje a las historias de Julio Verne. La obra condensa múltiples temáticas en sus poco más de 500 páginas como la aventura, la ciencia ficción e incluso un hueco para el amor. "Una historia de amor siempre complementa una buena historia", explicó Mallorquí. La isla de Bowen cuenta con tres narradores y está escrita con "el objetivo de divertir": "El día que alguien aprenda algo con mis libros me sorprenderé", bromeó el barcelonés.

Finalmente ambos atendieron a las preguntas de los jóvenes. El método de redacción y creación, la ilustración de las novelas, la documentación y otras cuestiones sobre la trama de las novelas fueron las cuestiones más importantes. Ellos fueron los primero jueces de las obras que ahora llegarán a todas las librerías.