Que al Gobierno popular de Luisa Fernanda Rudi no le guste el convenio que ofrece el Ministerio de Fomento para ampliar la red de Cercanías de Zaragoza parece todo un fingimiento, una actitud forzada por tener encima las elecciones. No es muy normal que al consejero de Obras Públicas, Rafael Fernández de Alarcón, el convenio le pareciera muy bien el día que estuvo en Madrid con el secretario de Estado Víctor Morlán, y ayer hubiera un comunicado diciendo que nunca había estado de acuerdo. Por eso de marear, la DGA dice que tiene un texto alternativo. Una forma de retrasar para que el PSOE no pueda apuntarse este plan. Es la fórmula del PP con la que pretende beneficiar a los ciudadanos. Digan lo que digan, el convenio es bueno para Zaragoza. Se puede mejorar, pero el no de ahora parece más electoral que sincero.