Un curso después, la consejera de Educación del Gobierno de Aragón, Dolores Serrat, tiene encima de la mesa los mismos problemas que el año pasado, solo que acrecentados. La concesión de becas (para libros y para comedores), el aumento de los contratos parciales de los interinos, la construcción y ampliación de infraestructuras educativas y la cuestión del bilingüismo siguen sin una solución clara. Es cierto que los problemas siguen porque lo que el Gobierno plantea no gusta al colectivo educativo, pero lo que tendría que hacer un partido como el PP, que se jacta de acercarse a las quejas ciudadanas cuando está en la oposición (como en el Ayuntamiento de Zaragoza), es tender puentes, negociar y buscar acuerdos. No sería bueno tener otro curso escolar tan movido como el pasado. Y el Gobierno de Rudi no hace nada para evitarlo.