Las tabletas no son solo el regalo estrella para los mayores este año. Los niños se han lanzado a pedirlas como el que pide una muñeca o un coche, y los padres han optado por las tabletas infantiles para tener "un dispositivo para toda la familia", creyendo que solo es más barato o más pequeño. No en vano, los fabricantes de tecnología han creado modelos pensados para los más pequeños que rondan la frontera del dispositivo adulto y el juguete.

"Este año ha sido definitivo para las tabletas y es el regalo que han hecho las familias que han podido. Es una herramienta didáctica, lúdica y divertida que les permite emular a los adultos", explica Sonia Gimeno, responsable de juguetes de Abacus. "Hemos vendido muchísimas tabletas infantiles, pero hay mucha confusión tecnológica sobre lo que son y lo que hacen", dice un portavoz de El Corte Inglés.

La mayoría de las tabletas infantiles son adaptaciones del sistema operativo de Google, Android, y tienen aparentemente las mismas funciones que sus homólogas para adultos, como navegador de internet, reproductor de vídeos, cámara de fotos, libros electrónicos y aplicaciones. Sin embargo, hay bastantes diferencias, sobre todo en el contenido, muy limitado.

Filtros parentales

Para niños, la navegación en internet está reducida e incluye filtros parentales (que se pueden desactivar) para evitar el acceso a algunas webs. También hay controles para reducir el tiempo de uso o los contactos por vídeo o correo. Los vídeos o la música se han de añadir a través del PC o, si vienen precargados, son series infantiles. Hay también juegos, algunos muy populares entre los adultos, como Angry Birds o Cut the Rope, pero también otros propios. Y hay bastante protagonismo para los libros digitales y las tiendas de aplicaciones propias, como las de las Monster High, Gerónimo Stilton o la de Clan TV, tres de las más solicitadas. Solo algunas de estas tabletas incluyen acceso a Google Play, la tienda de Android, o la posibilidad de consultar el correo electrónico o de hacer videoconferencias o chats.

Pero aunque algunas se presentan claramente como un juguete, otras, para niños más mayores, juegan la baza educativa, y como la Super Paquito, de Imaginarium, se publicitan como aquella "con la que tu hijo se prepara para un futuro mejor", con juegos matemáticos.

Y es que los niños están habituados a utilizar las tabletas de los padres. Un estudio de Nielsen sobre EEUU afirma que el 70% de los menores usa el dispositivo de sus padres: el 77% para jugar y otro 57% para aplicaciones educativas. Para el 41% de los adultos es el "canguro perfecto" cuando están en un restaurante, y para el 55% si viajan.

¿Útiles para clase?

Pedagogos y profesores vinculados a las nuevas tecnologías apuestan por las tabletas como el relevo del ordenador en el aula, pero ponen en duda que tengan una función más allá del entretenimiento si no hay un trabajo previo con ellas.

"La tableta infantil es muchas veces para que el niño no toque la del padre", señala Ramon Barlam, profesor de secundaria y pionero en la introducción de tecnologías en la escuela. "Ha de haber un acompañamiento de padres o del profesor porque no se les puede dejar como con un playmobil. La familia y la escuela no se pueden desentender de la tecnología. Si antes leíamos un cuento a nuestros hijos, ahora hay que jugar con la consola".

Clara Ochoa, profesora de una escuela pública de Barcelona, confiesa que lleva su propia tableta a clase para hacer ejercicios con sus alumnos. "La tableta permite el aprendizaje individual, pero sin aplicaciones propias no deja de ser un ordenador con pantalla táctil", afirma. "Incluso el tamaño es importante. Siete pulgadas es muy pequeño para un niño que estará todo el día con ella", opina Lluís Nater, profesor de una escuela donde los alumnos usan este dispositivo en todos los cursos.