El pleno del Ayuntamiento de Zaragoza reflejó ayer la ruptura de la confianza en el Gobierno municipal de Zaragoza en Común (ZeC). En la sesión extraordinaria reclamada por la oposición y celebrada en horario vespertino quedó patente la lejanía entre los grupos municipales y el Gobierno en minoría. Todos los portavoces de la oposición expresaron, en reiteradas ocasiones, la falta de confianza en ZeC, a cuenta de los "reiterados incumplimientos" de los acuerdos alcanzados. Y la jornada se saldó con la reprobación --por 22 votos a favor y 9 en contra-- del concejal de Servicios Públicos, Alberto Cubero, y de la concejala de Movilidad, Teresa Artigas.

"La ceguera y el empecinamiento no han arreglado nada, sino que han agravado el conflicto. Solo queda que asuman las responsabilidades políticas tras este conflicto", señalaba el portavoz de CHA, Carmelo Asensio, a los concejales Artigas y Cubero. "Plantemos la reprobación porque han hecho mal su trabajo", insistió Jorge Azcón, el portavoz del PP. "Primero, por la falta de empatía con la ciudadanía; segundo, por su impericia o falta de experiencia y tercero, por la deslealtad con este ayuntamiento", resumía Azcón.

El portavoz de C's en el área de Movilidad, Alberto Casañal, expresaba sus "dudas" acerca de que los dos concejales señalados "se sientan legitimados para representar a los ciudadanos". Y desde el PSOE, la concejala Lola Ranera, insistía en que debían aprender la lección: "Gobiernan para los 700.000 ciudadanos de Zaragoza, no solo para su tribu". Y enumeraba: "Cubero y Artigas son la antítesis del buen concejal por su vanidad, su soberbia, su incapacidad, su torpeza y porque jamás defendieron los derechos de los ciudadanos".

Ante tales calificativos, la vicealcaldesa, Luisa Broto, aportó la enumeración de "los hechos", según ZeC. Insistió en que tanto Artigas como Cubero habían actuado con el "refrendo de todo el Gobierno" y recordó las palabras del interlocutor municipal, el catedrático Juan García Blasco, reconociendo que "las posibilidades de acción del Gobierno eran muy limitadas".

Pero más grave que la reprobación es la patente ruptura de la confianza. Más claro no pudo ser el portavoz socialista, Carlos Pérez Anadón: "Si no se cree la auctoritas, terminará perdiendo la potestas", dijo a Santisteve, solo un año después de que el PSOE diera su confianza a ZeC para gobernar la capital aragonesa.