La opinión de Sergio Pérez

El calamitoso año del Real Zaragoza y las purgas del próximo verano

En la segunda campaña con la actual propiedad, el Real Zaragoza de Jorge Mas ha fracasado de nuevo, esta vez con un límite salarial incluso algo más alto. Una temporada así de catastrófica no suele dejar solo víctimas a ras de césped, también en otras esferas.

Víctor Fernández da instrucciones a sus jugadores en el Tartiere.

Víctor Fernández da instrucciones a sus jugadores en el Tartiere. / JUAN PLAZA / LA NUEVA ESPAÑA

Sergio Pérez

Sergio Pérez

La temporada de la ilusión desbordada el pasado verano, de los 28.882 abonados, del emocionante ‘Moverse, maños, moverse’, de La Romareda saltando de felicidad y esperanza en agosto, del cinco de cinco y el Real Zaragoza líder después del primer mes de competición, va a acabar como el rosario de la aurora. A falta de tres jornadas, el equipo atraviesa una de las grandes crisis de este ciclo de once temporadas en Segunda, es decimoquinto, el agua no le llega al cuello por cinco puntos y está lejísimos de los objetivos iniciales.

A Julio Velázquez, la SAD lo destituyó después de un terrible 1 de 15. Su sucesor, Víctor Fernández, frenó ese derrumbamiento, pero para todo lo que le ha dado ha sido para sumar 9 puntos de 27, balance muy pobre. Suma dos derrotas consecutivas después de la victoria en Huesca y el empate en Leganés, el momento afortunadamente clave de este tristísimo final de Liga. Llegará al encuentro ante el Racing de Ferrol en un momento de máxima necesidad y con la obligación de espantar de modo definitivo los fantasmas del descenso, que siguen a una distancia prudencial, no muy cerca pero todavía ahí presentes.

En Oviedo, después de perder por 1-0, Víctor reclamó públicamente el apoyo de la afición para salvar la coyuntura el domingo. A ese partido llegará el equipo con la línea de centrocampistas arrasada por las lesiones o las sanciones. El Real Zaragoza de los más de diez millones de euros de límite salarial, el cuarto de Segunda de acuerdo a los datos oficiales que ofreció LaLiga, ha tenido tres entrenadores y un sinfín de problemas y decepciones. La principal, sin duda, ha sido Bakis. El fichaje estrella del verano ha fracasado y está acabando la Liga relegado al más absoluto ostracismo por deméritos propios. Ahora mismo no es más que una costosísima hipoteca para la SAD.

El turco es el cabeza de cartel del increíble hundimiento de este año. La delantera que tantas alegrías prometía en verano no ha provocado más que dolores de cabeza. Las fallidas apuestas en ataque han condicionado la temporada, con rendimientos inesperadamente calamitosos como el de Vallejo o Enrich. Todavía es difícil comprender cómo la SAD dejó pasar el mercado de enero sin firmar un delantero cuando ya por entonces el problema se había manifestado con toda su crudeza. Mientras, el equipo cuenta con cuatro porteros desde enero, no tiene lateral izquierdo suplente y cojea por un extremo.

Factores que sumados uno al otro dan el resultado corriente. En la segunda campaña con la actual propiedad al mando, el Zaragoza que preside Jorge Mas ha decepcionado de la peor de las maneras. La permanencia todavía no está amarrada. Cuando lo esté, que debería a no mucho tardar y a pesar de los pesares, el trabajo de reconstrucción será enorme. La plantilla sufrirá numerosos cambios, de punta a cabo. Pero en el fútbol una temporada de dimensiones así de catastróficas no suele dejar solo víctimas deportivas a ras de césped sino también en otras esferas.