ESPECIAL 23A

Y se rompió la homogeneidad

El partido que gana en las elecciones autonómicas lo hace en las tres circunscripciones electorales

Electores depositan el sobre con el voto en una urna.

Electores depositan el sobre con el voto en una urna.

Carmen Lumbierres

Carmen Lumbierres

Desde hace veinte años, a excepción de la convocatoria del año 2015, el partido que gana en las elecciones autonómicas lo hace en las tres circunscripciones electorales. Cuando lo ha hecho el PSOE, ha sido en los tres territorios, Zaragoza, Huesca y Teruel. Lo mismo cuando el partido más votado ha sido el Partido Popular, excepto ese año que los socialistas mantuvieron la hegemonía en la provincia más al norte.

Hay un corrimiento ideológico que no se debe analizar solo individualmente, o por género o clase social, sino que hay una nueva brecha territorial que se hace efectiva en todo el territorio español y que convierte en heterogéneas a aquellas comunidades autónomas que eran más monolíticas.

Las últimas elecciones en Castilla y León produjeron un reparto de mayorías entre los dos grandes partidos, siendo León, Burgos, Palencia y Valladolid para el PSOE, mientras en Ávila, Salamanca, Segovia, Zamora ganaba el PP, y la sorpresa esperada, aunque no en esa magnitud fue para Soria ya. No sólo es un cambio de voto sino una realidad sociológica que se va imponiendo en otros ámbitos de la vida pública y que hace que la identidad territorial sea una de las variables que nos distinguen, antes en lo nacional pero ahora también dentro, en lo más cercano.

"Nadie duda de que el bipartidismo volverá a ser el eje de la política aragonesa"

Puede ser que Teruel Existe sea el partido más votado de la provincia, o que con la fusión del centro derecha en el PP sea este el que gane, pero Teruel tendrá un sistema de partidos propio, alejado del resultado de la provincia de Huesca donde se espera que el PSOE siga ganador aún con el debate por la gestión de la nieve.

En la provincia de Zaragoza se puede abrir un nuevo escenario del que tiraría la capital con fuerza, y es que el PP ganará o quedará muy cerca del resultado del PSOE. Ha habido debates nacionales, y no sólo el asunto catalán, que nos han ido performando de manera distinta según nuestra residencia.

El reto de los próximos años será mantener la cohesión dentro de la diversidad, del mismo modo que horizontalmente se ha llegado en dos ocasiones a una colaboración multipartidista, habrá que encajar y coordinar esta diferencia. Los últimos acontecimientos del desmembramiento del PAR en tres, Aragoneses ya acogidos en el Partido Popular, Tú Aragón unido a un sector minoritario de Ciudadanos, que en su mayor parte se ha integrado también en el partido conservador, y el ahora oficialista de Alberto Izquierdo hace que las potencialidades de los dos sectores supervivientes sean escasas.

Nadie duda de que el bipartidismo, sobre todo por el reagrupamiento del voto de centro derecha, volverá a ser el eje de la política aragonesa, pero a la izquierda del PSOE las posibilidades aumentan y dividen, IU, Podemos, Chunta Aragonesista y Teruel Existe. A la derecha del PP solo queda Vox, aunque habrá que ver si como opera en política nacional, según las últimas encuestas, hay además una transferencia de voto de casi uno de cada diez electores habituales del PSOE a una opción de derechas, más del 4% a Vox.

Sólo hay una lectura de este fenómeno que es el descontento de sectores del ámbito rural por una legislación restrictiva en pos de la sostenibilidad que no se percibe tan severa con el medio urbano. Cazadores, ganaderos y sector primario en general son potenciales votantes del descontento y ya sabemos siempre quien lo capitaliza, debidamente segmentado y agitado desde posiciones ultras.

La brecha entre la capitalidad autonómica y el resto dibuja el panorama político, igual que ocurre en Cataluña o el País Vasco y se convierte en un movimiento centrípeto, aglutinador de población y centrifugo acelerando el descontento cuando no el sentimiento de discriminación de resto de la población. De sentimientos o de emociones opera también un último factor, el aumento de las posibilidades de Chunta Aragonesista, en especial en la provincia de Huesca, y la fuerza del movimiento identitario en la provincia de Teruel al que todo mundo mira en las apuestas por la gobernabilidad de esta tierra.