Las organizaciones agrarias aragonesas se muestran satisfechas por la "celeridad" con la que el Ministerio de Medio Ambiente ha habilitado una partida de ayudas para subsanar todas las infraestructuras de riego afectadas por la riada del Ebro. Sin embargo, una vez conocidas las medidas de urgencia de las distintas administraciones públicas, ponen el acento en la necesidad de realizar "un diagnóstico serio de la situación del río" para que "esta riada sea la definitiva". "Una vez que termine el ciclo de ayudas y el apoyo institucional habrá que ponerse a trabajar seriamente en la limpieza integral de las riberas o daremos por olvidado el proceso", comentaba ayer Esteban Andrés, secretario general de Asaja-Aragón.

Javier Sánchez, secretario general de UAGA, está convencido de que, tras la riada de 1961, se tomaron decisiones que podrían someterse a revisión. "Sabemos que no hay prisa, pero no debe caer en el olvido, por eso pido un trabajo con delicadeza pero con eficacia".

El coordinador regional de UPA en Aragón, José Manuel Roche, afirma que los agricultores y ganaderos de la comunidad "no quieren ayudas a fondo perdido, ni exenciones en los pagos a la Seguridad Social, ni créditos extraordinarios". Lo único que puede salvar a los agricultores de una nueva avenida del Ebro es "que se tomen las medidas oportunas en las riberas y en el cauce para que no vuelva a ocurrir". M. A. LABORDA