La Expo 2008 empieza a tomar forma en el meandro de Ranillas. Después de casi un año de intenso movimiento de tierras y de cimentaciones a gran profundidad, las contratistas trabajan hasta en días de fiesta como ayer --el convenio del sector así lo estipulaba-- para levantar los edificios, que ya son apreciables a simple vista desde las dos márgenes del Ebro. El área central de pabellones luce parte de su esqueleto a lo largo de 2.500 metros cuadrados, repartidos por las dos futuras plantas que acogerán a los países. Su estructura, de unos 75.000 metros, estará finalizada después del verano.

La tercera visita oficial de obras sirvió ayer para constatar los avances en la construcción del recinto, que contará con su primer edificio acabado en julio, el que albergará la sede de Expoagua y de Naciones Unidas, al que le seguirá el acuario fluvial a finales del 2007. Las máquinas han anclado una de sus fachadas prefabricadas.

El director general de Construcción de Expoagua, Eduardo Ruiz de Temiño, manifestó que el "reto" será coordinar a las decenas de empresas que estarán trabajando a la vez en el recinto para evitar que se entorpezcan. De hecho, todos los edificios ya se encuentran en obras, dado que el único retrasado, el pabellón de España, está a punto de entrar en la fase de cimentación tras haber concluido la excavación. En total, más de 1.500 operarios trabajan en el meandro de Ranillas.

OBRA ESPECTACULAR La rápida evolución de las obras es una realidad en todos los tajos. Los dos núcleos de hormigón que sustentarán la Torre del Agua se alzan diez metros sobre el zócalo construido este verano y se ha empezado a montar la estructura metálica de las fachadas, que deberá alcanzar en unos meses los "76,5 metros del edificio". Ruiz de Temiño explicó que las cargas se repartirán a partes iguales entre los dos núcleos de hormigón y el armazón metálico.

A sus pies vuela la obra del canal de aguas bravas, que estará lista en abril para someterse a pruebas. Los dos vasos de los extremos están concluidos y se trabaja en el cauce artificial, que medirá 350 metros y tendrá forma de U. No se estrenará hasta el 2008, según el director general.

El rascacielos de Zaragoza será la obra emblemática de la Expo, junto al pabellón puente diseñado por Zaha Hadid. Su tablero metálico, de 270 metros de longitud, se está construyendo en un taller especializado de Vitoria y se trasladará a mediados de enero al meandro para su ensamblaje desde las dos márgenes.

Otro de los grandes proyectos es el pabellón de Aragón, una gigantesca cesta sustentada en tres pilares trapezoidales que se elevará siete metros sobre el área central de pabellones. Los apoyos son una realidad y los operarios trabajan en el forjado de la planta baja.

El entramado de grúas ocupa toda la extensión del recinto, desde el extremo oeste donde se yergue el Palacio de Congresos y se cimenta el hotel Hiberus hasta el este, que acogerá el área de los pabellones regionales y de empresas.