El secretario general para el Territorio y la Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, Antonio Serrano, explicó ayer ante la Comisión de Medio Ambiente del Congreso que las medidas que el Gobierno se plantea aplicar para combatir la plaga del mejillón cebra incluyen la introducción de toxinas selectivas y productos químicos en las aguas en las que ha sido detectada su presencia.

Este tipo de estrategias se utilizan en países como EEUU, donde la extensión del molusco provoca grandes pérdidas económicas. Su aplicación tiene elevados costos, ya que en ocasiones requiere la extracción de la fauna piscícola para reintroducirla cuando cesan los efectos de los productos tóxicos, y entraña riesgos en función del destino que posteriormente se da al agua afectada.

Otras medidas barajadas por el Ministerio de Medio Ambiente, orientadas a la desaparición del molusco, incluyen desde la extracción de los mejillones hasta la variación de la temperatura del agua que coloniza. La estrategia está orientada al tratamiento de las aguas afectadas, las que no lo están y zonas especialmente sensibles.

No obstante, Serrano anotó que por ahora no cabe ser muy optimistas ante las posibilidades de erradicar la plaga.

El secretario general para el Territorio y la Biodiversidad explicó que la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza ha aprobado ya una estrategia de lucha contra la especie, que será revisada y aprobada en la próxima Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, que incluye un paquete de medidas para combatir la plaga.

Serrano, que explicó que el mejillón cebra ha sido detectado ya en la cuenca del Segura, mostró su temor ante el riesgo de que en el futuro afecte a más cauces.

El alto cargo cifró en medio millón de euros el importe que Medio Ambiente ha destinado este año a combatir la plaga, aunque sumó a esa cantidad varios proyectos para investigar o actuar contra el mejillón cebra que han sido subvencionados por este departamento ministerial.