Bossaroma se ha convertido en la primera empresa en anunciar su cierre, que se producirá este mes. TBZ aún les debe 30.000 euros pero ahora, aunque se decidieran a pagarla íntegramente, solo conseguirían aliviar sus cuentas pendientes con proveedores y bancos.

--¿Quién le iba a decir que la Expo acabaría así para su empresa?

--La verdad es que sí, no voy a olvidarla. Cuando empezamos teníamos una ilusión enorme pero en vez de dar negocio a las empresas españolas, como nos dijeron, se lo han dado a una sola y portuguesa. Ha pasado de ser un gran trampolín a ser nuestro precipicio.

--Ni siquiera ha esperado a ver qué pasa el viernes en la reunión con el presidente de TBZ.

--Mi sensación es que Barroqueiro no va a traer nada milagroso. Incluso tengo dudas de que vaya a ir. Estuve en Lisboa para reclamarle que me pagara y entonces me ofreció pagarme un 10% de la deuda de inmediato y un 5% al mes. Pero volvió a mentir y aún no he recibido ni un euro de los 32.000 que me debe.

--¿Tanto daño le ha causado?

--Lo peor no es lo que no he cobrado, sino que me obligaron a a hacer unas compras exageradas para hacer frente a unas previsiones de venta abultadísimas. Esto me ha dejado un stock enorme al que no puedo darle salida, ha provocado que deba más de 90.000 euros a proveedores y bancos, y que para la campaña de Navidad no haya podido comprar mercancía. Además, los bancos no perdonan y exigen cumplir con los pagos. Pensábamos cerrar el año habiendo facturado 350.000 euros, 70.000 más que en el 2007, y hemos acabado hipotecando propiedades nuestras para poder cerrar.

--¿Cómo se ha vivido esta situación dentro de la empresa, entre los trabajadores?

--Llega un momento en el que en lugar de hacer nuestro trabajo de comerciales te dedicas a apagar fuegos. Éramos seis personas en esta empresa que abrió en el 2004, pero ahora solo quedamos tres, dos socios que nos tendremos que repartir la deuda y una secretaria que también se quedará en el paro.

--¿Qué reprocha a Expoagua?

--Para mí, en una frase, la Expo era como un pastor que en lugar de controlar a su rebaño y vigilar para que no se colara el lobo, metió al lobo a cuidar de sus ovejas.