Cuando el comandante Jesús Leal Fernández fue destinado a Bosnia, a fines de 1994, la guerra estaba a punto de terminar. Él entonces era teniente, se trataba de su primera misión en el extranjero y pudo contemplar en toda su crudeza la destrucción causada por el conflicto. "La tensión se podía palpar en el ambiente y, de vez en cuando, se oían disparos, pero no viví situaciones de peligro", recuerda.

Jesús Leal, que entonces era teniente, se movía entre las localidades de Dracevo y Mostar y participaba en una misión doble: interponerse entre los bandos que se habían enfrentado, para impedir que se enzarzaran de nuevo, y facilitar la llegada de ayuda humanitaria a la población civil.

"Me tocó patrullar mucho y establecer controles en los check-points, pues en Mostar había una especie de frontera entre comunidades, con el río Neretva de por medio", explica Leal.

Se desplazaba en un blindado BMR y se le quedó grabado que, por aquellas fechas, unos compañeros suyos que estaban vigilando una zona se vieron bloqueados varios días y no podían salir del vehículo. "La reacción de la gente fue lo mejor. Aunque los soldados llevaban raciones, los vecinos se acercaban al blindado y les ofrecían comida", explica.

"Había mucha necesidad, mucha pobreza, pero lo cierto es que los españoles logramos congeniar con las tres comunidades y las relaciones eran estupendas", asegura el comandante.

"Para mí Bosnia fue una experiencia enriquecedora", declara. "Yo fui allí con 34 años para ver si valía para esto y creo que es lo mejor que pude hacer. Fue la mejor época en el aspecto profesional, pues allí eres militar las 24 horas del día".

TEORÍA Y PRÁCTICA Fue feliz vistiendo todo el día de caqui y no le importó que lo despertaran a las tres de la mañana para salir de patrulla, como sucedía con cierta frecuencia. "Al fin y al cabo, en Bosnia pudimos poner en práctica todos los conocimientos adquiridos en los ejercicios tácticos, enfrentarnos a situaciones reales, y comprobar que estábamos preparados", añade Leal.

Todas las unidades militares aragonesas han pasado repetidamente por Bosnia en los casi 20 años de misión. Y el comandante Leal considera que el Ejército español ha salido reforzado de la experiencia en el país eslavo.