Varios centenares de personas se acercaron ayer a la plaza San Roque y las calles Valenzuela y Palomeque para asistir a una procesión de los niños de educación infantil del colegio Escolapias Calasanz. Los pequeños desfilaron con hábitos y pasos caseros, elaborados por ellos mismos con la ayuda de padres y profesores.

"No esperábamos que viniera tanta gente, porque no solo había familiares de los alumnos, sino también personas ajenas al colegio. Casi no se cabía en la plaza y había espectadores hasta en los balcones de las calles por las que hemos pasado", explicó María Camacho, profesora organizadora del evento. Entre el público también se pudo ver a algún abuelo llorando de la emoción.

A Jesús Luesma, cofrade y padre de uno de los participantes, le pareció "interesantísimo, precioso y repetible 100%". En el colegio todavía no se han planteado si lo volverán a organizar el año que viene pero ayer ya tuvieron que efectuar un segundo pase en el recreo para que lo vieran el resto de sus compañeros.