Gay es un israelí nacido hace 39 años en Jerusalén. A los 20 años se trasladó a Haifa. Durante esta entrevista ha decidido conservar el anonimato por miedo a futuras represalias. Desde hace 5 años vive voluntariamente en Zaragoza con su pareja. Recuerda que siendo adolescente tuvo que hacer el servicio militar, que allí es obligatorio. "He vivido situaciones muy duras. Aún recuerdo cómo un terrorista mató a mi mejor amiga a tiros en el centro de Jerusalén", explica. El israelí tiene grabado en su mente las tres veces que los palestinos intentaron asesinar a su hermana mediante atentados. Gay comenta que desde el miedo y el dolor es muy difícil ver el conflicto. "Tu campo de visión se reduce para ver lo más cercano, para sobrevivir. Estás dispuesto a hacer movimientos que en otras situaciones no harías, y es fácil justificar la agresividad y la agresión como defensa. El israelí dice que es imposible entender el conflicto desde fuera sin "vivir el miedo y el dolor" ante las decisiones que toman los líderes, tanto de Palestina como de Israel, que eligen la guerra como solución. "Aún vivo con mucho miedo por si les pasa algo a mis seres queridos, ya que mi familia está toda en Israel. Mantengo contacto con ellos a través del teléfono y de internet", cuenta. Por otro lado, el israelí comenta que le parece indignante el uso que hace Hamas de la población civil. Gay se muestra totalmente en contra de las acciones que está llevando a cabo el ejército de Israel: "Quiero creer y realmente creo que la tragedia y las muertes de gente inocente han sido accidentes y que nadie tenía la intención de matar a los civiles, pero este hecho no justifica la tragedia. La historia muestra que estas acciones no resuelven nada ni a corto ni a largo plazo. La única solución es hablar y llegar a un acuerdo para que todos vivamos en libertad. Temo que actualmente tanto el Gobierno israelí como el Hamas no están interesados en encontrar una solución, así que el panorama no me da mucha esperanza", lamenta el israelí.