Las asociaciones de conductores y víctimas de accidentes de tráfico aragonesas rechazan mayoritariamente el incremento de la velocidad máxima permitida en algunos tramos de autopista y autovía hasta los 130 kilómetros por hora, que el Gobierno central al parecer va a imponer desoyendo incluso al Consejo de Estado.

Francisco Ureta, presidente de la asociación de lesionados medulares Aesleme, afirmó que está "seguro" de que se incrementará la siniestralidad vial y las víctimas, al permitir incrementar la velocidad "a lo loco", sin imponer un sistema "variable" en función de las condiciones del tráfico o la meteorología.

El presidente de Stop Accidente, Miguel Ángel Bernal, coincidió con el anterior, y recordó el pésimo comienzo de año en las carreteras aragonesas, con seis víctimas. Del mismo modo que Manuel Tafalla, presidente de la asociación El Volante Aragonés, afirmó que en aras de la seguridad "no tiene sentido" aumentar el límite.

Solo el portavoz de la asociación de autoescuelas de la provincia de Zaragoza, José Luis Mazón, calificó de "oportuna" la reforma, teniendo en cuenta el aumento de la seguridad de los vehículos y siempre que se restrinja a determinados tramos.

Curiosamente, los consultados tampoco se mostraron favorables a la reducción de velocidad en carreteras secundarias --hasta a 50 kilómetros por hora en algunas zonas--, y apostaron en su lugar por la "inversión" para mejorar el estado de las carreteras. "La red viaria española, en muchos puntos, presenta un estado de conservación lamentable", recordó Manuel Tafalla. Miguel Ángel Bernal recordó también la importancia de las campañas de concienciación e información y la asignatura de Seguridad Vial que lleva años reclamando para los colegios.