Los alumnos del colegio Lucien Briet del zaragozano barrio del Picarral podrán disfrutar a partir del jueves de una escultura a las puertas del centro escolar. La nueva pieza escultórica es fruto de varios de meses de trabajo en los que alumnos de entre cinco y seis años del centro y sus profesoras se implicaron en el conocimiento del patrimonio de la ciudad mediante sus estatuas. Tanto entuasiasmó a los pequeños que pronto decidieron solicitar una al consistorio.

Una de las obras de la serie

Symbiosis del japonés Tadashi Hashimoto ha sido la elegida por el Ayuntamiento de Zaragoza para ser colocada en la calle Alberto Casañal, justo en la entrada del colegio de Primaria. Se trata de una escultura de metal formada por cubos de acero recreando prismas pintados en blanco, geometrías que se entrelazan como espacios definidos.

Los trabajos de colocación de la obra ya han comenzado y el servicio de patrimonio ya ha anunciado al colegio y a la Asociación de Vecinos del Picarral --con quien comparten iniciativa-- que el próximo jueves estará ya instalada.

La iniciativa salió de los propios alumnos, quienes enviaron una carta al exalcalde de la ciudad, Juan Alberto Belloch, para que solicitara a Patrimonio la instalación de una estatua en las inmediaciones del colegio. Belloch contestó con una misiva "cariñosa" a los pequeños, a quienes animó a trasladar la iniciativa al próximo alcalde de la corporación. La asociación de vecinos y el colegio Lucien Briet plantearon entonces volver a reunirse para precisar la figura a la que rendiría homenaje la estatua, que podría ser a Lucien Briet.

Pero ayer los alumnos y vecinos de la zona se sorprendieron al ver que tres grandes pedestales de piedra habían sido colocados en ese mismo lugar con el fin de albergar una escultura. Juan José Jordá, presidente de la entidad vecinal, se movilizó para conocer si correspondían a la obra solicitada al exalcalde Belloch o era una "mera coincidencia". Desde el servicio de Patrimonio aseguraron que se trata de la base de la escultura del japonés, ya que en esa primera carta redactada por los niños "no se precisaba" qué estatua querían, sino que se solicitaba "una genérica".