Malabares, bailes, deporte, música y nuevas tecnologías fueron solo algunas de las actividades que se ofrecieron ayer en la plaza del Pilar con motivo de la celebración del día de las Casas de Juventud y los Proyectos de Integración de Espacios Escolares (PIEE) del Servicio de Juventud del Ayuntamiento de Zaragoza.

"El objetivo de las Casas de Juventud y de los PIEE es que nadie se quede sin realizar actividades", explicó Evacrís Nieto, educadora del PIEE en el instituto de Secundaria Tiempos Modernos en el Actur. Mientras que en las Casas de Juventud se programan actividades para jóvenes de hasta 30 años, los PIEE se circunscriben a la etapa escolar, hasta la Educación Secundaria. "Programamos actividades de ocio educativo, a demanda de los chavales, en torno a los deportes, las nuevas tecnologías, la música, la danza o la cocina", relató la educadora.

Ayer, una pequeña muestra de todo eso se vivió en la plaza del Pilar, que se convirtió en un laboratorio de nuevas tecnologías, una cancha de baloncesto, una pista para aprender equilibrismos y un escenario por el que fueron pasando distintos grupos musicales, hasta que Los Gandules pusieron el broche final. "Con esta salida a la calle queremos visibilizar nuestra labor y que hay más de 200 educadores trabajando por la juventud, por inculcar valores como el compañerismo y el respeto", explicó Nieto, que recordó que más de 15.000 jóvenes son usuarios de todo tipo de actividades "subvencionadas, porque buscan que nadie se quede fuera".

GENERADOR DE EMPLEO Además de formar a lo asistentes a los cursos que ofrecen los PIEE, también son generadores de empleo, ya que contratan a empresas y a monitores para desarrollar distintas actividades, que en su gran mayoría son jóvenes. Es el caso de Daniel y Raquel, de 26 y 29 años respectivamente, que fundaron hace cuatro años su empresa Crom Developer, y que este curso colaborarán por tercer año consecutivo con los PIEE para ofrecer actividades relacionadas con la robótica. "En nuestros cursos enseñamos las bases de la programación, la electrónica o la impresión en 3D y concluimos con la elaboración de un proyecto que puede ser un pequeño robot", explicó Daniel, que reconoció que "la misión no es que se dediquen a esto, aunque pueda ser un comienzo" sino "que conozcan qué hay detrás de la tecnología".

El reto de los educadores que trabajan en las Casas de Juventud y en los PIEE es "vencer la sobreinformación", según Evacrís Nieto, ya que "los jóvenes hoy en día están saturados de información y de actividades, y lo realmente difícil es conseguir engancharlos y que participen, que se relacionen con gente de su edad fuera de las relaciones virtuales y que disfruten aprendiendo valores como el respeto y el compañerismo". Una mirada a la plaza del Pilar ayer bastaba para ver cómo esto se consigue: "Mira a todos los que están jugando a hockey, o a los que están patinando. Eso no se logra jugando a los videojuegos en casa", recordó la educadora del Tiempos Modernos.

Para Ana y sus hijos, de 12 y 16 años, y usuarios de estos centros, "es fundamental que haya este tipo de recursos para que los niños y jóvenes puedan disfrutar del ocio en su entorno y con sus amigos". Entre las virtudes de estas actividades, destaca "poder disfrutar del barrio en estas edades tempranas en las que todavía no pueden ir lejos ellos solos" y "conocer el instituto desde otra perspectiva, mucho más lúdica".