Las pediatras que trataron a la niñas en el hospital Miguel Servet coincidieron en destacar el raro comportamiento de Ikram Benhadi con sus hijas, a las que trataba con una "dulce frialdad". Reconocieron que sospecharon de ella cuando vieron que el patrón de asfixia sufrido por la pequeña Sara se repetía, supuestamente, con Riham y Marwa. Les extrañó, por ejemplo, lo que hacía con unos chupetes: los metía en unas cajas vacías y después los introducía en sus bocas.

Algunas de esas crisis respiratorias se produjeron en el propio hospital cuando la madre estaba sola en la habitación. Este hecho les llamó la atención a los sanitarios, quienes llegaron a alargar motu proprio la estancia en la uci de Riham como forma de protegerla.

Todas estas sospechas les llevaron a solicitar un encuentro con una trabajadora social, la instalación de cámaras de vigilancia en la habitación y a decirle que no apretara contra su pecho a los bebés. La agente del Grupo de Menores (Grume) de la Policía Nacional reconoció que en el visionado de las imágenes no se observó nada raro y la empleada de los Servicios Sociales de la DGA afirmó lo mismo. Incluso resaltó que madre e hija --actuó con la niña que salvó su vida-- estaban muy unidas.