Mamadou D., el hombre que asesinó a su pareja sentimental Rokhaya y madre de sus dos hijas el pasado domingo en Monzón, ha pasado su primera noche en prisión. La magistrada del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia de dicha localidad así lo decretó ayer, tras ser puesto a disposición judicial.

Este hombre de 48 años se acogió a su derecho a no declarar, siendo asistido por el abogado montisonense José Ignacio Alpín. Mantuvo la misma actitud que ante la Guardia Civil, que apuró el plazo máximo de 72 horas de detención mientras llevaba a cabo las diferentes pesquisas. Al término de la comparecencia, que duró unas cuatro horas, la jueza decretó en su auto la prisión provisional, comunicada y sin fianza para Mamadou D. como presunto autor de un delito de violencia sobre la mujer en su modalidad de homicidio.

Aunque no se ha establecido todavía la fecha de posteriores tomas de declaración, es voluntad de la instructora citar a declarar en próximos días a los testigos presenciales de los hechos, entre los que se encontrarían las dos menores hijas de la pareja.

ENSAÑAMIENTO

Aunque Mamadou D. no quiso dar su versión de los hechos, el informe de autopsia realizado por los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) y las pesquisas realizadas por la Guardia Civil muestran la brutalidad de la agresión machista ocurrida sobre las 14.00 horas, en la tercera planta del número 21 de la calle Juan de Lanuza.

Rokhaya fue apuñalada hasta en 97 ocasiones, si bien no todas ellas fueron mortales. El conjunto de ellas hizo que muriera por un shock hemorrágico. Un ensañamiento que se une al ataque sorpresivo, ya que fue acuhillada por la espalda y mientras corría tratando de huir de su agresor machista por la vivienda. Una circunstancia que los investigadores pudieron observar por los restos de sangre que estaban dispersos a lo largo de la pequeña vivienda.

El móvil homicida no estaría, por el momento, determinado, debido a que el supuesto autor de este asesinato no ha querido declarar. No obstante, todo apunta a una discusión entre ellos espontánea, puesto que el arma blanca empleada era uno de los cuchillos de cocina del domicilio de Rokhaya.

Mamadou D. y Rokhaya habían estado separados, llegando incluso este hombre a establecer su residencia en Binéfar (Huesca), pero en los últimos meses ambos habían decidido retomar la relación sentimental. Tenían dos hijas, de 4 y 8 años. En el 2013, el ahora imputado por un delito de homicidio llegó a tener que cumplir una orden de alejamiento durante dos meses con respecto a la víctima.

Los menores, que están bajo protección del Gobierno de Aragón, serán acogidos por su familia materna. El hermano de Rokhaya, que reside en Barcelona, se mostró interesado en hacerse cargo de la tutela de las dos niñas.