El asesinato del joven dominicano de 23 años Ariel Carrasco, en la noche del 5 de enero del 2015 mientras la capital aragonesa estaba volcada en la Cabalgata de los Reyes Magos, todavía no había podido juzgarse debido a que el supuesto autor del crimen estaba fugado. Una situación que ya se ha invertido, después de que la Interpol le haya identificado y detenido en Washington (EE.UU.). Se trata de Wilson de la Cruz Méndez, de 37 años.

El sospechoso fue trasladado ayer ante el magistrado instructor, el titular del Juzgado de Instrucción número 12 de Zaragoza, Alfonso Tello, quien decretó su ingreso en el centro penitenciario de Zuera como presunto autor de un delito de asesinato, tráfico de drogas, robo con violencia en casa habitada y tenencia ilícita de armas. Se acogió a su derecho a no declarar. El Ministerio Fiscal solicitó el internamiento en la cárcel para evitar el riesgo de fuga, destacando las necesidad de dictar varias órdenes de busca y captura internacional para dar con este hombre.

‘VUELCO’

El Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón trabajó desde el inicio con la hipótesis de que todo se debió a un ajuste de cuentas por un tema relacionado con las drogas, al igual que otros ocurridos en la ciudad como el de Lamine Gueye (que murió de dos golpes en la cabeza en el 2013 durante un frustrado pase de drogas) o el de Luis Bernal, conocido como crimen de la Magdalena y que se juzgará en el 2020 tras resolverse el caso hace dos años. En el piso de la víctima, en la calle Navas de Tolosa, los investigadores observaron durante el levantamiento del cadáver, detrás de la puerta de acceso, en el suelo, y encima de una braguita de niña, una bolsa transparente, conteniendo 547,82 gramos de cocaína con una riqueza del 52,15% distribuida en varios paquetes y 25 cápsulas cilíndricas. La sustancia intervenida tenía entonces un valor en el mercado de 31.528,61 euros (a razón de 57,47 euros el gramo), y la misma iba a ser destinada a su distribución posterior.

Esta droga se la había traído a Zaragoza desde Barcelona el propio Ariel Carrasco. El supuesto comprador de la sustancia era Wilson de la Cruz Méndez, quien, supuestamente, se desplazó desde Bilbao a la capital aragonesa para adquirirla. Hubo una discusión por la calidad de la misma que se zanjó con el asesinato de Ariel Carrasco a manos, supuestamente, de Wilson de la Cruz Méndez. En el interior de la vivienda se encontraba la madre de Ariel Carrasco que al escuchar los disparos salió y llamó a la Policía, si bien los sanitarios que se trasladaron hasta allí no pudieron hacer nada por salvarle la vida. Cuatro tiros que recorrieron la parte frontal de su cuerpo hicieron imposible su supervivencia.

También estaba su hermanastro, Melvin Oviedo, que salió ileso, vio al ahora detenido y a su acompañante, pero durante dos semanas se negó a proporcionar todo lo que sabía ante el Grupo de Homicidios de la Policía, lo que facilitó que los pistoleros huyeran fuera de España. Cuando le preguntaron por qué no dijo antes que conocía al autor del crimen, el hermano del fallecido aseguró que tenía miedo por su vida. En un principio, Melvin y una hermana de la víctima fueron imputados por encubrimiento, pero luego les retiraron los cargos.