Los números, las pésimas cifras de la hostelería en el último año largo, han dejado de ser llamativos por su condición de ordinarios. La cuenta corriente se divide hoy entre los que han cerrado, los que han abierto y sobreviven, los que esperan abrir a la vuelta del verano, los que se fueron... Más de la mitad asegura haber sufrido pérdidas en mayor o menor medida desde que comenzó la crisis sanitaria, aunque se diría que ahora se abre la posibilidad de darle un giro a los negocios, sobre todo visto el horizonte esbozado incluso por el presidente de Aragón, Javier Lambán, que se atrevió a prever un verano cercano a la normalidad en la hostelería, que ha augurado una ampliación temprana de horarios y un poco más allá el final de las mascarillas al aire libre. El porvenir parece bonito así. Pero nadie se fía. El último estudio nacional, presentado por Makro esta semana, habla de que un 80% de los que siguen en pie todavía trabaja menos que antes de la pandemia. En Aragón, y pese a que el inicio del año 2020 dejó dos meses y medio de trabajo clásico, el 92% entiende que, en términos de facturación, 2021 ha sido incluso peor (el 45%) o mucho peor (47%). Solo un 3% afirma que es mejor y un 5% se ha movido en parámetros similares.

Hay datos más cercanos, casi recién salidos del horno, de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza, que ha hecho otra de sus fiables consultas entre los asociados. Ahí se desvela que el 5% de establecimientos no ha vuelto a abrir las puertas desde el 14 de marzo de 2020. Además, un 37% han estado cerrados tres meses y un 43%, entre tres meses y seis meses; el 15% restante no pudo levantar la persiana entre meses y un año.

Con estas primeras cifras se entienden fácil las pérdidas. «Los mismos gastos, cero ingresos», repiten sin cesar los supervivientes. La mayoría confiesa que si se mantiene en pie es gracias a que ha llegado a un acuerdo con el dueño del local, a los ertes, al sacrificio, a la imaginación y a una apuesta por un negocio diferente.

Aun así, y pese a que en los últimos meses las condiciones restrictivas y de aforos han ido mejorando, solo un 1% hace un análisis positivo del negocio en el 2021; mientras que un 16% lo ve normal; y el 83% restante, entre «malo» y «muy malo».

Hace falta saber en cuánto se mueven las pérdidas. No hay cifras exactas, pero las horquillas dan la idea del daño que ha hecho la crisis sanitaria en términos generales. No hay especificación aquí de los bares que siempre han contado con terraza, de los que no la pueden tener o de los que les ha llegado a mitad de camino. Tampoco es lo mismo contar con dos veladores que con 30. Por ahí se sacarían más conclusiones de los siguientes números referentes al derrumbe de la facturación en comparación con el mismo periodo previo a la pandemia (2019). Un 14% afirma que ha caído un 75% o más; un 41%, entre un 50% y un 75%; un 41%, del 25% al 50%. Solo un 4% dice haber aumentado.

Llega el futuro, hecho de intuiciones y estimaciones. ¿Cuándo se alcanzarán los niveles de facturación previos a la crisis del covid? Hay aquí una mayoría que estima en un año la vuelta a la normalidad en terrazas y mesas. El 68% habla de mediados de 2022 y solo un 15% cree que a finales de 2021 el negocio será un viejo conocido. Quedan los que no se fían, que ponen un plazo de recuperación más largo: un 10% piensan en finales de 2023; y un 7 % en mediados de 2024. Entre dos y tres años nada menos. Hay que pagar los préstamos ICO, se acaban los ertes, perdura cierto medio entre los clientes...

La orden que recoge el tercer plan de choque de ayudas para el turismo y la hostelería del Gobierno aragonés, dotado con 50 millones , fue publicado el lunes en el BOA. Las empresas que soliciten estas ayudas podrán recibir un mínimo de 3.000 euros y un máximo de 200.000. El plazo para presentar la solicitud se abre este martes y finaliza el 22 de junio. «Se incluye a algunos sectores que se habían quedado fuera y es el momento de que los hosteleros empiecen a contar con absoluta seguridad con esas ayudas que van a llegar, aunque tarde, pero con toda seguridad», dijo recientemente Javier Lambán. Aún quedan días. El plazo para resolver y notificar la resolución puede ser de hasta tres meses desde la finalización del plazo de presentación de solicitudes, para el que falta un mes.

Hay unos pocos que han aguantado el peso sobre sus riñones y ahorros, pero la mayoría ha tenido que ceder al endeudamiento de sus empresas. Un 32%, no obstante, dice no tener deudas. Sin embargo, un 11% manifiesta que ha tenido que solicitar un crédito por un importe inferior a 10.000 euros; un 18% ha pedido una cantidad entre 10.001 y 20.000 euros; un 13%, entre 20.001 y 30.000 euros; mientras que un 26% ha tenido que solicitar más de 30.000 euros para seguir adelante.

Medidas a futuro

Por último, falta por saber cuáles son las medidas que esperan poner en marcha los diferentes propietarios de los negocios para recuperar cierta normalidad en su actividad. Están las cosas repartidas aquí. Un 29% considera primordial un aumento de los horarios de apertura; un 34% prefiere el aumento de aforos interiores; y un 37% entiende que la autorización del uso de las barras es lo más necesario.

En cualquier caso, vistos los datos que exponen los propios hosteleros, se ve que una gran mayoría podrá optar a la convocatoria hecha por el Gobierno de Aragón para los establecimientos de hostelería y turismo. El fondo cuenta con 50 millones de euros. Podrán acceder a estos todos aquellos que hayan tenido una reducción en sus operaciones del año 2020 de al menos un 20% en relación con el 2019. Su obligación será mantener la actividad que da derecho a las ayudas hasta el 30 de junio de 2022