La asistencia en la Atención Primaria no volverá a a ser como antes de la pandemia del coronavirus. Así lo reconoció este viernes en las Cortes la consejera de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sira Repollés, que fue interpelada por la diputada del Partido Popular, Ana Marín, sobre el plan de accesibilidad a los centros de salud presentado por el Ejecutivo autonómico.

Según denunció la popular, este plan «no ha contado» con las opiniones de los profesionales sanitarios, los colegios profesionales y los sindicatos, y recriminó el plan después de que «los centros de salud no han estado cerrados» ni un minuto, incidió la popular.

La consejera le reprochó entonces «utilizar frases que han salido de mi boca», ya que aseguró que se llama «plan de accesibilidad» porque «en ningún momento pese a la pandemia se ha dejado de atender pacientes en los centros de salud».

«Siempre se han visto pacientes en la Atención Primaria y siempre he hablado de accesibilidad. ¿Cómo puede decir que no me he basado en los profesionales cuando todos ellos han hecho aportaciones a este plan? Cuando habla de todos, parece que se refiere a algunos profesionales», denunció Repollés. E insistió en que «la Atención Primaria no sería nada sin sus profesionales. Es el ojo que ve, el oído que escucha, y el corazón que siente. No sé cómo puede decirme que no hemos contado con ellos, si ellos son el alma de la Atención Primaria», remarcó.

Y para mostrar el «compromiso» del Ejecutivo socialista, recordó las cifras del Gobierno de Rudi. «De 2011 a 2015 la Atención Primeria sufrió una disminución del gasto del 23%. Desde 2016, Aragón ha incrementado entre un 3,2% y un 3,4 % el gasto anual hasta 2020. Con la pandemia, la inversión ha sido mayor», señaló.

En esta línea, Repollés defendió que «la dotación de personal en la Atención Primaria es mayor en Aragón que en el sistema nacional de salud salvo en pediatras, estos datos en junio del 2020, sin tener en cuenta el refuerzo posterior». Actualmente hay un médico de familia por cada 1.060 personas, un pediatra por cada 1.003 niños y cada enfermero tiene asignadas 1.350 tarjetas sanitarias.

Después de la pandemia, la consejera defendió «un modelo mixto de atención sanitaria que agilice los trámites y permita concentrar el valor en la atención a la persona», conjugando la atención por teléfono con la presencial, y la realización de consultas telefónicas para valorar si la asistencia en el centro es necesaria.