Rafael García, piloto de la empresa Girolibre, de Aínsa, ha batido la tarde de este jueves el récord de velocidad en tirolina al lanzarse por el cable de dos kilómetros de longitud existente en Fiscal, en el Pirineo aragonés. Ha arrojado un registro medio de 186,5 kilómetros por hora en tres tentativas, con una punta de 192 por hora.

"Se ha batido el récord", ha confirmado Jorge Rabal. responsable de la instalación, que está a las puertas del parque nacional de Ordesa. "Estamos muy contentos de cómo ha ido todo", ha añadido.

El piloto ha realizado tres intentos, si bien estaban previstos solo dos. Pero, animado por el éxito obtenido en uno de ellos, con una marca de 182 por hora, se ha propuesto efectuar un tercer lanzamiento para superar esa velocidad de vértigo. Los 189 por hora son la media obtenida en las tres tentativas.

Registro oficial

Hasta ahora el récord mundial lo ostentaba una tirolina situada en Italia, con 172 kilómetros por hora, pero no existe constancia oficial, pues la prueba se realizó sin la presencia de una agencia certificadora.

En cambio, en Fiscal una entidad independiente, Official World Record, ha asistido al acto y podrá dar fe de que la proeza es un hecho real que cambia la clasificación mundial de velocidad en tirolina.

El artífice del récord es instructor de vuelo además de paracaidista, ha explicado Rabal, que ha indicado que numeroso público y varios medios de comunicación han seguido la evolución de la prueba.

La tirolina más rápida del mundo

La tirolina de Fiscal se abrió al público el pasado 20 de marzo. Se trata de una atracción de deporte de aventura vinculada a la empresa Balcón del Pirineo. «Es ya, oficialmente, la tirolina más rápida del mundo», explica un miembro de la entidad que deja constancia del récord. 

Al término de la prueba, García ha recogido el título que le acredita como autor del récord y ha manifestado sentirse «muy contento» del resultado. La existencia de esta instalación ha supuesto un empujón para el turismo en el Sobrarbe.

«Nuestro público es, sobre todo, de jóvenes de 25 a 35 años, pero vienen personas de todas las edades», señala Rabal, que subraya que el sistema está dotado de avanzados sistemas de seguridad y que se coloca a cada usuario una vela que garantiza la reducción de la velocidad a unos 50 o 70 por hora cuando llega a la estación de frenado. 

«Para disfrutar de este deporte basta con tener un peso entre 40 y 120 kilos, no padecer ninguna enfermedad del corazón y, en el caso de las mujeres, no estar embarazadas», continúa Rabal, que asegura que desde la apertura de la tirolina el número de clientes ha ido en aumento. El cable discurre a una altura entre los 1.200 y los 810 metros.