El ‘crash’ de los microchips cerrará Figueruelas hasta el día 4

Otro de los efectos del cese de la actividad es que la planta, en la que se ensamblan alrededor de 1.850 vehículos diarios, dejará de fabricar la próxima semana más de 9.000 vehículos, una cifra que se suma a los más de 5.000 que no salieron de las líneas por los paros aplicados esta semana. En definitiva, se han fabricado casi 15.000 coches menos en solo ocho jornadas de parón productivo.

La factura de la crisis comienza a ser ya ciertamente preocupante, no solo para el sector del automóvil sino para todas las actividades que arrastra. De hecho, el consejero de Industria, Arturo Aliaga, reclamó en las Cortes de Aragón que los erte vinculados a la crisis de los microchips se amplíen y sean declarados de fuerza mayor, en virtud de la petición que le han realizado la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones y del Clúster de Automoción de Aragón (Caar), que aglutina a un sector con 25.000 empleos en la comunidad. Aliaga calificó la situación como una «tormenta perfecta» y apostó por reindustrializar Europa para evitar episodios similares en el futuro.

Cupo cubierto

La crisis ha obligado a movilizar trabajadores de Figueruelas hacia las plantas de Madrid y Francia (Poissy y Hordain) para tratar de amortiguar el impacto del expediente de regulación temporal de empleo (erte). Finalmente serán alrededor de 200 los operarios que se trasladarán a otras fábricas para cubrir las puntas de trabajo. Las salidas de los 25 primeros voluntarios se producirán a partir del próximo lunes y el resto viajarán hacia sus nuevos destinos durante la semana del 4 de octubre, fecha en la que dejará de funcionar el turno de noche, tal y como comunicó la dirección de Stellantis a los sindicatos hace tan solo unos días. 

Estos 200 trabajadores que saldrán de Figueruelas hasta el próximo enero percibirán unos 2.900 euros adicionales al mes, tal y como adelantó este diario. La oferta de la empresa sedujo desde el principio a la plantilla hasta tal punto que ha habido más voluntarios de los 200 previstos, según reconoció Stellantis.

El ambiente en Figueruelas es de pesadumbre y preocupación, según reconoció el presidente del comité de empresa. No obstante, los sindicatos y la dirección han llegado a un acuerdo con la dirección para recolocar a los 650 trabajadores del turno de noche en los otros dos turnos. Al margen de los 200 que se irán de voluntarios, se ha pactado establecer un turno rotatorio de ertes semanales para el resto de los trabajadores.

Además, la próxima semana se reunirá la comisión de Igualdad de la empresa para tratar temas de «conciliación familiar». También está previsto que se aborde la salida de trabajadores del área de administración que hayan cumplido 60 y 61 años, ya que estos no tienen la posibilidad de acogerse al contrato de relevo.

En medio de tantas turbulencias, los sindicatos esperan que pronto lleguen buenas noticias con la adjudicación de nuevos modelos a Figueruelas, aunque en un contexto como el actual la decisión se podría retrasar.