Las Residencias Juveniles del Gobierno de Aragón, que dependen del Instituto Aragonés de la Juventud (IAJ), han comenzado el curso con un cien por cien de ocupación, si bien durante el puente de El Pilar puede haber algún movimiento de estudiantes debido a los distintos llamamientos de las listas de espera que realiza la Universidad.

La Residencia Baltasar Gracián de Zaragoza acoge a 98 residentes, mientras que la Residencia Juvenil de La Almunia de Doña Godina cuenta con 36 usuarios para el curso 2021-2022, en ambos casos en habitaciones individuales debido a la pandemia de covid-19, informa el Gobierno de Aragón en una nota de prensa.

El objetivo –si la situación epidemiológica lo permite- es retomar la normalidad en el curso 2022-2023 y poder incorporar habitaciones compartidas, lo que permitirá también incrementar la oferta disponible. Ambas residencias están destinadas a jóvenes mayores de edad que están matriculados en un Grado Universitario o un Grado de Formación Profesional.

Los dos centros abren el curso con sus instalaciones remodeladas, tras una inversión de 368.249 euros que ha permitido la instalación de un parque de calistenia (una disciplina de entrenamiento físico) en las zonas ajardinadas y que complementa los servicios de gimnasio operan desde hace dos años.

En la residencia Ramón y Cajal se ha procedido, además, a cambiar la caldera para garantizar una mayor seguridad y sostenibilidad y se ha reformado el vestíbulo de entrada para favorecer la accesibilidad.

En la residencia Baltasar Gracián de Zaragoza se ha reformado el pasillo que más antigüedad tenía; se ha creado una nueva modalidad de habitaciones más amplias con baño integrado y se ha creado un espacio propio de cocina y comedor para los residentes para su uso cuando no se presta el servicio de cocina de la residencia (fines de semana) y que entrará en funcionamiento el próximo 1 de octubre.