Las ferias Smagua y Spaper congrega estos días a apasionados, expertos y profesionales del mundo del agua y del papel. Hasta 317 empresas presentan en el pabellón 6 de la Feria de Zaragoza sus productos más punteros, y 19 de ellos han sido distinguidos por su innovación tecnológica. 

Es el caso es el de Prefabricados Delta, una empresa afincada en Madrid que ha elaborado una tubería de dos metros de diámetro con hormigón postesado con camisa de chapa y junta elástica doble. En resumen, un prodigio de la ingeniería que supone «una solución muy competitiva, resistente y duradera», en palabras de su director comercial, Juan Pablo Guerrero. De hecho, esta empresa ha colocado 400 kilómetros de tuberías en Aragón y se encuentra ahora trabajando en proyectos en Alcolea de Cinca y en la comunidad de regantes de Molinar del Flumen. «La experiencia nos avala» dice Guerrero, pues una de sus tuberías pervive en el madrileño Canal de Isabel II desde 1968, fecha en la que se fundó la empresa.

Óscar Sancho, director comercial de Contazara, posa con uno de los contadores digitalizados que han diseñado. Jaime Galindo

Otro caso distinguido por su innovación es la empresa aragonesa Contazara, que ha diseñado un contador sin turbina que detecta el paso del agua mediante ultrasonidos con una precisión muy superior al de los aparatos convencionales. «Cuenta por debajo de 1 litro por hora, cuando lo normal es registrar 15 litros por hora», explica el director comercial de la empresa, Óscar Sancho. A través del conocido como internet de las cosas (IoT), el contador envía la información a la nube, por lo que el cliente tiene acceso a los datos al instante a través de su teléfono móvil.

Entre sus utilidades, Sancho destaca la detección de fugas de forma inmediata, la emisión de alarmas cuando se registra un consumo indebido (dejarse un grifo abierto, por ejemplo) e incluso labores de emergencia. «Se puede programar para alertar por si no hubiera un uso habitual del agua en casa de un anciano, lo que evidencia que se ha podido caer o que no se ha despertado», detalla Sancho. Con más de 80 trabajadores, la empresa nacida en Zaragoza ha vendido cerca de 300.000 contadores digitales en todo el país, aunque lamenta que en su ciudad de origen todavía no se haya apostado de forma clara por este sistema. 

En busca del cableado

Como rastreadores de tesoros que caminan con su detector de metales por la playa trabajan en Radiopoint, pero con el condicionante de que lo que buscan son cables que puedan verse afectados por las obras hidráulicas. «Si se perfora el suelo y se da con un cable, en las viviendas de alrededor se puede cortar la luz o las comunicaciones», señala Alberto Sastre, uno de los comerciales. Con este equipo es posible situar el lugar exacto donde se ubica y, con tan solo pulsar un botón, descubrir a qué profundidad queda el cableado para evitar los desperfectos e incidentes. De momento, según cuenta Sastre, la profundidad máxima a la que han logrado detectar un cable es a los 12 metros, aunque subraya que llega hasta donde alcanza la señal emitida por el cableado.

Definitivamente, en Smagua hay innovación por un tubo.

Alberto Sastre, de Radiopoint, con uno de sus rastreadores de cables. Jaime Galindo