Como en casa, en ningún sitio. La sensación de hogar es vital y por ello, el Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón a través del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) ha iniciado los trámites para llevar a cabo obras en nueve de sus residencias públicas y crear unidades de convivencia.

Entendidas como espacios en el que viven un grupo de personas mayores en situación de dependencia, y a menudo con deterioro cognitivo, en el que se reproduce un entorno hogareño, la ejecución de las unidades convivenciales contarán con una inversión de 12,5 millones de euros.

Este proyecto se ampara en la implementación del modelo de atención centrada en la persona en las residencias públicas. Conocimiento de la persona, su historia de vida, preferencias y capacidades; fomento de la autonomía y autodeterminación; participación de las personas usuarias y sus familias; o calidad de vida, son algunos de los principios de este modelo recogido en las unidades.

La inversión ascenderá a 12,5 millones de euros y los nuevos espacios se basan en el modelo de atención centrada en la persona

Unidades de convivencia

En ellas vivirán entre 9 y 15 personas, con características y niveles de autonomía diversos, cuya relación facilite la convivencia y la realización de actividades. El funcionamiento independiente se convierte en eje clave, dando continuidad a los proyectos vitales de los usuarios y al desarrollo de la vida cotidiana, a través de rutinas y actividades. 

En este sentido, las unidades de convivencia crearán un ambiente físico positivo por medio de equipamientos y ambientes hogareños, alejados de la imagen institucional, donde se fomentará la personalización. Las personas mayores podrán elegir objetos personales en las estancias para que sientan que están en su hogar. La mayor parte de las habitaciones será individual y con acceso directo a baño adaptado.

La atmósfera hogareña tiene entre sus objetivos estimular la actividad, siendo esta significativa porque forma parte del modo de vida de todos los residentes. Mejorar las capacidades de las personas, contribuir al ocio y lograr una vida más plena son los beneficios de las tareas.

Su diseño tendrá en cuenta la historia y las preferencias personales. Del mismo modo, se realizarán con las adaptaciones a las competencias, ritmos y deseos de cada persona, promoviendo la participación directa o indirecta en las decisiones sobre su actividad cotidiana.

Además, en el caso de las personas con deterioro cognitivo se desarrollarán esfuerzos especiales para favorecer su implicación en el devenir cotidiano. Y se propondrán actividades que faciliten las relaciones sociales y el contacto con la comunidad

Las residencias del IASS de Borja, Utrillas, Albarracín, Javalambre, Sagrada Familia, Ciudad de Huesca, Romareda, Hogar Doz de Tarazona y el Centro Asistencial de Calatayud disfrutarán las unidades convivenciales. Nueve centros donde sus mayores podrán vivir la esencia de su hogar siendo el foco de toda atención y cuidado. Como en su nueva casa, en ningún sitio. 

Un modelo con grandes beneficios para la población mayor, motivo por el cual el IASS pretende potenciar también esta línea de trabajo en los centros con plazas concertadas por medio de un conjunto de subvenciones que ascienden a 13 millones de euros.