La lucha contra la despoblación no es algo nuevo en Aragón. La comunidad lleva más de dos décadas combatiendo el fenómeno de la pérdida de habitantes en las zonas rurales con distintas estrategias, a las que se suma ahora la nueva Ley de Dinamización del Medio Rural que llegará a las Cortes a final de este año y en la que se plasmarán los objetivos y la hoja de ruta para evitar que más núcleos de población desaparezcan

Aragón ha sido una comunidad «pionera», asegura Javier Allué, Comisionado del Gobierno de Aragón para la Lucha contra la Despoblación, cargo asesor creado en 2018 en una nueva apuesta del Ejecutivo por revertir el éxodo del campo a las ciudades. Para Allué, el problema de la despoblación no solo afecta a Aragón, también al resto de España y a otras regiones de Europa, cada una con sus «singularidades».

En el caso español, tiene claro que el futuro de los pueblos pasa por la «reforma del modelo de financiación autonómica que permita consolidar servicios esenciales». Una reforma que, según indica, debe atender a parámetros como el porcentaje de población rural, la orografía o la extensión territorial, y que se traduciría en un incremento de los presupuestos autonómicos, aunque «todavía no se ha calculado» ese coste.

Principales avances en Aragón

«Hay que insistir y persistir en que debemos tener un modelo de financiación autonómico que tenga en cuenta el coste efectivo de los servicios en el medio rural. Es algo que impactará de manera muy positiva en la lucha contra la despoblación porque ayudará a tener más servicios, que es una de las principales causas del abandono de los pueblos», asevera el comisionado.

Además de en lo financiero, el Gobierno de Aragón promueve otras acciones para combatir el fenómeno de la despoblación de manera efectiva. Un trabajo que comenzó en el año 2000 y en el que se han venido detectando problemas y aportando soluciones de manera planificada.

Entre las ya realizadas figuran el mantenimiento de escuelas, consultorios y centros de salud por todo el territorio, así como los programas de promoción del empleo y del emprendimiento junto al Inaem y el IAF específicos para el medio rural «con bastante éxito». 

También, el «apuntalamiento de sectores estratégicos como la agroalimentación, la logística o las renovables» ha sido clave para crear riqueza y puestos de trabajo en muchas comarcas. Otro avance importante se ha producido en la conectividad, con un aumento exponencial en los últimos 6 años de los municipios con acceso a internet, que son ya «más del 90%».

Saldo positivo y mayor natalidad

Gracias a ello, según Javier Allué, «la comunidad está arrojando datos demográficos muy positivos de población en sus tres provincias». Tras perder casi 30.000 habitantes entre 2011 y 2015, el territorio aragonés suma desde 2018 varios ejercicios con un saldo positivo de población, según los datos del INE.

Además, «Aragón es hoy una de las comunidades en las que porcentualmente se producen más nacimientos», afirma el responsable, siendo Huesca y Teruel la primera y segunda provincia española con mayor índice de natalidad respecto a su población.

Finalmente, concluye que «la solución al reto demográfico también ha de venir de la mano de las comarcas, para que la capital y los principales municipios tengan un efecto tractor y en conjunto exista un buen nivel de acceso a los servicios básicos».