EL SISTEMA DE TRABAJO EN LA MULTINACIONAL ESTADOUNIDENSE
Paquetería al compás del reguetón
Los trabajadores del centro de última milla de Amazon amenizan sus turnos de noche al ritmo de la música | "Quería compaginar el estudio con el trabajo, pero fue entrar en Amazon y me cambió la vida", dice un joven empleado

En este estante se depositan los 'fingers', unos lectores de QR que se colocan en el dedo. / Ángel de Castro
Tal cual aparece en la introducción de 'Los Simpsons', el centro de última milla de Amazon recibe a sus trabajadores con un enorme cartel que celebra "39 días sin registrar accidentes". Es lo primero que llama la atención al entrar en el centro en la nave de reparto ubicada en la Plataforma Logística de Zaragoza (Plaza). Lo segundo: un diagrama en árbol con nombre y fotografías de los encargados de la planta. Eso sí, con unos nombre para los cargos ejecutivos casi ininteligible para quien sea ajeno a la jerga de la multinacional estadounidense. Minucias.
A las ocho y media de la mañana queda ya poco movimiento en la planta. Todo el trabajo está hecho y solo queda cargar en las furgonetas los paquetes. Los "asociados" -como optan por llamar en Amazon a los trabajadores- desfilan ya de regreso al hogar cuando el sol despunta. Si hubiera que trazar un perfil de la plantilla, podría extraerse que son gente joven, de procedencias diversas y en igual proporción de hombres y mujeres.
Uno de ellos es Santiago Castiello, que empezó trabajando en 2019 la subcontrata en Utebo que hacía las veces de este centro recién estrenado en Plaza. "Quería compaginar el estudio con el trabajo pero fue entrar en Amazon y me cambió la vida. Me llamó muchísimo la atención, me gustaba mucho la operativa de la noche", explica el joven. Dice que es un empleo bien remunerado, que "en eso no nos podemos quejar", y que lo habló con sus padres y les pareció una buena idea que se dedicara a tiempo completo.
Por las mañanas se entremezclan los ruidos de motores con los habituales de la cadena, nada fuera de lo normal. Pero antes, en el turno de noche, aquello parece una fiesta. Quien se acerque en plena madrugada a Plaza podrá comprobarlo. La música marca el ritmo de producción. A todo volumen. Triunfa el reguetón y la bachata, aunque son los propios empleados los que conectan sus listas de música al equipo de altavoces.
Respecto a las lesiones con las que uno se topa en la recepción del centro, incide Blasco en que suelen ser "leves" y que informan de ello por "transparencia". Suelen ser tirones musculares o golpes por el estilo. "Incluso se hacen calentamientos musculares", dice el director de la planta.
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