Mantener la prestación de servicios en el medio rural cuesta dinero. Una de las políticas más palpables en la lucha contra la despoblación, el mantenimiento de las escuelas abiertas con tan solo tres alumnos en Aragón, se refleja claramente en un mayor impacto en los presupuestos.

Aunque los alumnos en el medio rural representan el 17% del total en la comunidad autónoma, la inversión en las escuelas de los pueblos se lleva el 31% del presupuesto total del Departamento de Educación. La dispersión en un territorio muy amplio y la multiplicidad de recursos para llegar a un menor número de ciudadanos elevan los costes. Como también encarece la factura el envejecimiento de la población aragonesa. Lo refleja el hecho de que tres de cada cuatro euros del gasto farmacéutico en Aragón lo copan los mayores de 65 años.

Con estos datos sobre la mesa, el Gobierno de Aragón quiere insistir en la importancia de mirar al coste «real» de los servicios. Lo que cuesta trasladar el acceso al Estado del bienestar a cada rincón de una comunidad con 731 municipios y más de la mitad de la población solo en la capital, y con las características de una ciudadanía envejecida –y sobreenvejecida– como la aragonesa.

Colegios con 3 alumnos

El Ejecutivo autonómico decidió en 2015 (el primer año de mandato del socialista Javier Lambán) mantener abiertas escuelas hasta con tres alumnos, mientras el anterior Gobierno de Luis Fernanda Rudi (PP) ponía el límite para cerrar la puerta en seis estudiantes. Una decisión que permitió desde la pasada legislatura el mantenimiento de «decenas» de escuelas, según los datos oficiales que, de otra manera, habrían cerrado. Solo el curso pasado, 40 centros se beneficiaron de esta medida. Este curso, 48 colegios rurales abrieron sus puertas con entre 3 y 6 alumnos (18 centros de Teruel, 11 de Huesca y 19 de Zaragoza). En Riodeva (Teruel), Senegüé (Huesca) y El Sabinar (Zaragoza) solo dan clases tres niños.

Según datos oficiales, mantener la escuela abierta en estos centros rurales cuesta 8.000 euros por año y por niño. Mientras, el coste anual por alumno en las ciudades se reduce a 3.000 euros. Es decir, casi se multiplica por tres.

Por otro lado, el envejecimiento de la población encarece la factura del Salud. Entre enero y septiembre del año en curso, el porcentaje del gasto farmacéutico con recetas médicas dispensadas en oficinas de farmacia a los usuarios mayores de 65 años ha sido del 75,4%. Tres de cada cuatro euros se invierte en las medicinas de los mayores. Y en Aragón cada vez son más. El índice de envejecimiento (la proporción de personas mayores de 65 respecto a los menores de 20 años) es del 116% en Aragón. En el grupo de población de los mayores de 65, el 20% han cumplido ya los 85 años. Un reto más para garantizar la prestación de servicios, y que encarece su coste real respecto a poblaciones más jóvenes.