Ibercaja ha apretado ya el botón para iniciar su cotización en bolsa, que espera materializar a mediados o finales del mes de febrero, cuando se vislumbra una ventana de oportunidad en el mercado. El banco aragonés confirmó este jueves oficialmente sus planes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), una decisión que se ha venido demorando en los últimos años por diversas razones. Como avanzó EL PERIÓDICO, el consejo de administración se reunió el miércoles para aprobar el lanzamiento del salto al parqué, un día después de que diera su visto bueno la junta de accionistas. La operación marcará un antes y un después en los 145 años de historia de la que es hoy la novena entidad financiera de España por volumen de activos y la séptima que entra en la esfera bursátil tras Santander, BBVA, Caixabank, Sabadell, Bankinter y Unicaja.

Se trata de un paso trascendental para el modelo de gestión, financiación y organización del banco, pero no implicará ningún cambio importante para sus clientes, asentados principalmente en las comunidades y provincias donde tienen su origen las antiguas cajas que han ido conformando este grupo financiero en las últimas décadas, con Aragón como epicentro y donde tiene su sede social, junto a La Rioja, Burgos, Badajoz y Guadalajara. A estos territorios hay sumar a Madrid y Valencia, donde mantiene una posición relevante y creciente.

Tras varios años de prospección y análisis del mercado, con varios intentos fallidos en el camino, el equipo directivo de Ibercaja ha concluido que esta es la mejor solución para cumplir con las exigencias marcadas por la ley de las antiguas cajas de ahorros, que obliga a la Fundación Bancaria Ibercaja –el accionista mayoritario con el 88,04% del capital– a reducir su participación por debajo del 50%. La propuesta inicial contempla que se quede con una cuota mínima del 46,09%, que podría ascender hasta el 49% en función de la condiciones de mercado. De esta manera, saldrá a la venta un paquete accionarial de entre el 42% y el 45% restante. Según fuentes del sector, empezará a cotizar con una valoración de entre 1.650 y 2.100 millones de euros.

Quienes quedan al margen de la operación son los accionistas minoritarios que detentan actualmente el 11,9% del capital. Se trata de tres fundaciones (no bancarias) herederas de las extintas cajas de ahorros Inmaculada (Zaragoza), Círculo de Burgos y Badajoz, que formaban el grupo Caja3, absorbido por Ibercaja en 2013. Todos ellos han manifestado su intención de permanecer en el seno del banco.

En busca de inversores cualificados

No es una salida a bolsa al uso. La oferta pública de venta de acciones ordinarias está destinada, en un primer tramo, a inversores cualificados, es decir, grandes fondos de inversión, aseguradoras o patrimonios familiares (family office) que se les presume una vocación de permanencia a medio y largo plazo. Los ahorradores minoritarios solo podrán adquirir los títulos después del estreno en el parqué. 

Con esta operación, la entidad también quiere favorecer las tres transformaciones que dice tener en marcha: la comercial, la operativa y la financiera. 

Fuentes de la entidad remarcaron que se trata de una decisión «meditada» y «largamente explorada» y confiaron en el éxito gracias a los «buenos números», los objetivos del plan estratégico y la «credibilidad» del banco. En este sentido, recordaron que no parte de cero en su relación con los merados, ya que, aunque nunca había vendido capital financiero, sí ha recurrido a otros instrumentos con un «exitosa» aceptación.

Operación «histórica»

Estamos ante una operación histórica para Ibercaja, que fortalece la confianza que todos tenemos en la proyección de futuro del banco, para dar continuidad así a los 145 años de trayectoria ejemplar que nos precede», afirma su presidente, José Luis Aguirre, en el documento remitido a la CNMV. «Hemos trabajado intensamente para afrontar este desafío con garantías», subraya Víctor Iglesias, consejero delegado, quien pone el acento en la «relevante» mejora que ha logrado la entidad en los últimos ciclos estratégicos en solvencia, calidad de activos, perfil de riesgo, gobierno corporativo, eficiencia y rentabilidad. Todo ello, añade, «con una importante transformación de nuestro modelo comercial, operacional y financiero».

Por su parte, el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, destacó la «encomiable» gestión de Ibercaja a lo largo de su trayectoria. En una entrevista en Onda Cero, mostró su deseo de que «siga manteniendo su condición de banco aragonés».

A partir de ahora hay un plazo de entre tres y cinco semanas para que se produzca el simbólico toque de campaña que marca el estreno bursátil. No obstante, el proceso es reversible si se produjera una situación extraordinaria que desaconsejara el inicio de la cotización.

Los sindicatos bendicen la decisión pero vigilarán el impacto laboral

Los principales sindicatos de Ibercaja han mostrado su respaldo a la salida a bolsa, aunque avisan de que se mantendrán vigilantes para que no acabe pasando factura a una plantilla de más de 4.500 trabajadores. La entidad está en la recta final del ere que aplica desde hace dos años, que conlleva 750 despidos y el cierre de 199 oficinas.

«Se está cumpliendo la obligación legal de reducir la participación de la Fundación y está era una de las opciones que, según nos cuentan, es la menos mala», señaló Miguel Ángel Villalba, de CCOO. «Vamos a apoyar y colaborar siempre que haya reciprocidad por parte de la empresa y no se perjudiquen las condiciones laborales y los puestos de trabajo», agregó.

«Son decisiones que competen a los órganos de gobierno. Nos mantendremos vigilantes para que no haya impacto en la plantilla», afirmó Victoria Camarena, de UGT, que valoró que la representación sindical haya sido informado de primera mano de la operación a primera hora de este jueves. No obstante, reclamó «transparencia y puntos de información para poder tener confianza en el proyecto». También instó a la entidad a trasladar un «mensaje de tranquilidad, estabilidad y reconocimiento del trabajo a una plantilla muy tensionada por los procesos de reestructuración, la consecución de objetivos y la pandemia». 


La entidad atesora 145 años de historia, pero opera como un banco desde 2011 tras la segregación y traspaso a Ibercaja Banco del negocio financiero de la extinta Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja, hoy transformada en la Fundación Ibercaja.

En 2013 absorbió Banco Caja3, formada a raíz de la segregación y posterior fusión del negocio financiero de tres antiguas cajas: Inmaculada (Zaragoza), Badajoz y Círculo de Burgos. Esas fundaciones son ahora accionistas minoritarios, con casi el 12% del capital.

A 30 de septiembre de 2021 Ibercaja contaba con 58.200 millones de euros en activos totales, alzándose como el noveno banco español por tamaño en términos de activos totales y una cuota de mercado del 2,4% en préstamos a particulares y entidades no financieras.

Pasos a seguir para el salto bursátil

Tras el visto bueno del consejo y el envío oficial a la CNMV del documento formal con el que revela su intención de cotizar (intention to float o ITF) y el banco empezaría a tomar el pulso de los grandes inversores para valorar el interés que despierta la operación, algo que ya viene sondeando en las últimas semanas. Pocos días después, se publicaría el folleto del proyecto, en el que se detallan las características y los precios de las acciones, unas detalles que el banco dará conocer a los analistas y posibles inversores en una 'roadshow' por las principales plazas financieras del mundo. A partir de ese momento y si nada se tuerce en el camino, habría un plazo de entre tres y cinco semanas para que se produzca el simbólico toque de campaña que marca el estreno bursátil.

Ibercaja ha expresado en fechas recientes su intención de salir a bolsa en el primer trimestre de 2022 si se daban las condiciones del mercado eran las propicias, una decisión que ya ha tenido que posponerse en varias ocasiones en los últimos años por diferentes circunstancias. La entidad tiene de plazo hasta finales de 2022 para materializar su salto al parqué, como le obliga la ley de las antiguas cajas de ahorros para que la Fundación Bancaria reduzca por debajo del 50% la participación en su capital, que ahora es del 87,5%. El limite temporal vencía inicialmente al cierre de 2020, pero el Gobierno de España le concedió una prórroga de dos años tras el estallido de la pandemia de coronavirus, que hacía inviable la ejecución de esta operación.

La Fundación Bancaria quiere quedarse con una participación de entre el 40% y el 49%, según las condiciones de mercado que se den. De esta manera, se mantendría como el accionista minoritario mayoritario para asegurar la estrategia del banco.

Un contexto favorable

La entidad ha elegido este momento para salir a bolsa por que vislumbra una ventana de oportunidad en febrero por diversas razones. Por un lado, los factores externos soplan a favor del sector financiero por la normalización de la política monetaria. Y por otro, la entidad se encuentra a nivel interno en su mejor momento para afrontar este proceso histórico, con unos resultados económicos que han mejorado notablemente en el último año. En los nueves primeros meses de 2021, obtuvo un beneficio neto de 146 millones de euros, el doble que el mismo periodo del año anterior.

La entidad ha logrado además mejorar de forma sustancial sus ratios de rentabilidad, eficiencia y solvencia, unos indicadores que espera reforzar en los próximos meses al finalizar el 30 de junio la aplicación del último expediente de regulación de empleo (ere) pactado con los sindicatos, que contempla la salida de 750 trabajadores y el cierre de 199 oficinas bancarias (hasta el pasado mes de diciembre ya se había clausurado un tercio de estas).

Por todo ello, las perspectivas de negocio de Ibercaja han mejorado, por lo que modificó al alza los objetivos de rentabilidad sobre fondos propios (ROTE) hasta el 9% para 2023, frente al 7% estimado inicialmente, así el control de la morosidad, según comunicó en diciembre a la CNMV. De esta manera, lograría cubrir el coste de capital, como reclama el BCE al sector.

Rothschild actúa como asesor independiente de Ibercaja, que también cuenta con Morgan Stanley y JPMorgan como coordinadores globales de la salida a Bolsa y con UBS y Bank of America como entidades colocadoras.