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LA SALUD EN LA INFANCIA

Los centros educativos detectan 16 casos de riesgo grave de suicidio en Aragón

Los colegios disponen este curso de formación y de una guía de prevención / En Aspade tratan a 15 jóvenes que sufren una «ruptura del proceso adolescente»

Los centros educativos detectan 16 casos de riesgo grave de suicidio en AragónSERVICIO ESPECIAL

Tres jóvenes de Aragón que aún no habían cumplido los 18 años se quitaron la vida en la comunidad en 2020; y un año antes lo habían hecho 6 de entre 15 y 24 años (el 27,3% del total de muertes en esa franja de edad). No son grandes números, pero el suicidio es la segunda causa de muerte "no previsible" entre chavales de entre 15 y 24 años y la primera entre 25 y 44 años. Cualquier muerte que se evite es una victoria. 

Por eso, en los últimos meses han surgido dos iniciativas cuyo objetivo es la prevención, la ayuda y el acompañamiento en ese objetivo de recuperar la esperanza y las ganas de vivir. Uno ha nacido en el seno del Observatorio Aragonés por la Convivencia y contra el Acoso Escolar que depende del Departamento de Educación del Gobierno de Aragón, y consta de una guía destinada a los centros escolares con pautas para detectar casos y un protocolo de acción inmediata.

El otro lo ha puesto en marcha la Asociación Aragonesa para la Investigación Psíquica del Niño y el Adolescente en Zaragoza. Y se trata de un centro enmarcado en el programa Actividades socio pedagógicas para adolescentes con trastornos del desarrollo evolutivo (Aspade), en el que tratan a adolescentes con problemas de salud mental, que cubre necesidades de jóvenes que han estado ingresados o que se trata de evitar su ingreso.

Ninguno lleva mucho tiempo en funcionamiento, pero ambas propuestas ya han demostrado que eran necesarias. El protocolo preparado por el Gobierno de Aragón (participan tanto Educación como el Departamento de Sanidad) para saber cómo actuar, qué hacer o qué no hacer ante posibles ideaciones suicidas entre el alumnado ha empezado a funcionar este curso y ya se han detectado 16 casos de riesgo grave en los centros educativos.

Además , en el primer trimestre se ha realizado formación a los equipos directos de los centros educativos y a los miembros de orientación del Ejecutivo autonómico, en la que han participado alrededor de 400 personas. En el segundo trimestre está previsto que participen otros 500 docentes. 

En el caso de Aspade, el centro en marcha desde verano y en estos momentos está trabajando con 15 jóvenes de entre 14 a 21 años, divididos en grupos pequeños. «Estamos saturados», asegura la directora, la psiquiatra infanto juvenil Elizabeth Palacios, quien reconoce que el coronavirus ha acentuado los problemas entre los jóvenes. «Este centro se hubiera necesitado con o sin pandemia, pero lo que ha hecho ha sido es darnos un empujón y que se abriera con más premura», reconoce. 

Detectar y prevenir

Ana Montagud, directora general de Planificación del Gobierno de Aragón, reconoce que «entendemos como un éxito cada uno de los casos que se han detectado porque son oportunidades para poder actuar antes de que vayan a más»; de ahí la importancia de esta guía de prevención de suicidio y de la formación a los docentes porque era necesario dotarles de «estas herramientas porque ahora se aprecian señales de alerta".

La guía presenta una serie de pautas para detectar y prevenir las ideaciones suicidas, así como un protocolo sobre qué hacer o qué no hacer ante situaciones de riesgo

Es fundamental fijarse en las alertas que da el alumnado tanto de carácter verbal como corporal, nunca quitarle importancia a los problemas que se manifiestan y, sobre todo, escuchar. Si el riesgo es inminente, hay que llamar al 112; si es alto, se debe informar a la familia y derivar a la asistencia sanitaria; y si es leve, se evalúa y se trabaja para conocer la situación personal y evitar que se produzca esas ideaciones suicidas.

Palacios reconoce que para los casos graves «hay camas en hospitales, soluciones farmacológicas, etc, pero para los no graves no tantos»; y ahí entra Aspade, para aquellos adolescentes con problemas. La pandemia ha sacado a la luz «más casos y casos más graves» con autolesiones, intentos de suicidios y crisis de ansiedad. «Los adolescentes, junto con los mayores han sido los grandes perjudicados por la pandemia» porque se les ha cortado ese contacto con los otros, cuenta Palacios. «Hay mucha desesperación», señala.

Cada adolescente acude a Aspade con una problemática diferente. Son chicos que "han estado ingresados" o que se quiere evitar que lo hagan, que "están en casa y no salen o que «solo están conectados con el mundo a través del ordenador", explica la directora de Aspace. "Ha cambiado el rol de los padres y de los docentes, ha cambiado la autoridad" y también los lazos sociales; y todos tienen que ver con que "no han entrado en el proceso adolescente, no saben qué hacer con ese cuerpo que está cambiando", afirma, y se produce "una debacle" en ese proceso, que implica "estar en grupo, asumir su condición sexual, el tema del género...".

En Aspade no les gusta poner diagnóstico, de ahí que hablen de «ruptura del proceso adolescente». Los síntomas son esa "imposibilidad de formar grupo, de estar en el colegio, fobias a estar en el colegio, pero eso son palabra que aluden al diagnóstico de depresión, melancolía, intolerancia al cuerpo y por eso lo atacan", señala.

Recuperar la esperanza

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El trabajo en Aspade es con los jóvenes, pero también con las familias y los centros educativos para lograr su reinserción, trabajando en grupos y talleres corporales e intelectuales, donde se tratan diferentes temas. El objetivo es que "recuperen la esperanza" y que "encuentren un grupo, su lugar en el mundo", porque "lo tienen".

Pero "vivimos un futuro incierto y eso hace que los adolescentes tengan menos galas", señala. Y ahí tiene también un papel importante la sociedad. "Yo acabé la carrera y encontré un trabajo para poder vivir y salir por ahí, aunque de forma escueta; pero hoy la gente cursa un máster y no puede vivir de lo que ha trabajado" y eso también afecta. Las instituciones, dice, deben también mostrarles a los jóvenes que "hay un futuro".

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