Este mes de febrero entra en vigor el nuevo paquete de movilidad europeo, compuesto por tres normativas comunitarias relacionadas con el transporte de mercancías por carretera, que introduce importantes novedades en las reglas de juego del sector del transporte en Europa.

Entre estos cambios destaca el del salario mínimo de los transportistas, que deberá ser el del país en el que desarrollan su actividad, o la obligatoriedad de los vehículos de regresar a su país de matriculación cada ocho semanas, así como los límites a las operaciones de cabotaje.

Estas modificaciones permitirán poner coto a la competencia desleal que suponen las empresas buzón en Europa, compañías con domicilio fiscal normalmente en países del este, donde pagan menos impuestos y salarios más bajos, pero que operan en otros estados miembro.

Desde Tradime Aragón, entidad que representa a 700 pymes del transporte de la comunidad con una flota de 2.000 vehículos, su presidente, José Antonio Moliner, ve «muy positivamente» el nuevo paquete de movilidad en Europa, que «va a permitir dignificar el sector del transporte y que todos tengamos las mismas armas para competir».

No obstante, lamenta que los cambios «llegan tarde», ya que el sector lleva años denunciando este problema. «Ahora vamos a ver si funciona y si se regula adecuadamente y los resultados que se obtienen, y si para entonces hemos resistido el envite».

Moliner hace referencia a la actual escalada de precios de la energía y los combustibles, cuyos incrementos las pymes no pueden trasladar a sus servicios porque «sería muy complicado competir contra las empresas buzón o las falsas cooperativas de transporte, que también suponen una competencia desleal».

Sobre estas, el presidente de los transportistas señala que se trata de un «fenómeno único en España» que favorece la «precariedad y explotación» de los trabajadores. «La solución pasa porque estas cooperativas, que actúan de manera fraudulenta, se conviertan en empresas, y los falsos autónomos se conviertan en trabajadores de esas cooperativas», sostiene Moliner, que pone como ejemplo las regularizaciones en el sector cárnico. 

Además, pide ayuda a la administración para sortear la crisis actual con una rebaja en el impuesto de hidrocarburos, «para darnos un poco de aire mientras se implementan las medidas del paquete de movilidad y así podamos competir en igualdad de condiciones».

Otra de las grandes reivindicaciones de Tradime es el adelanto de la edad de jubilación de los transportistas, lo que haría más atractiva la profesión en un sector que acusa la falta de relevo generacional. En este sentido, la entidad va a presentar próximamente un estudio pionero, elaborado por la Universidad Complutense de Madrid, sobre enfermedades profesionales en el sector.