Cuando llega el calor, quien tiene una piscina privada convierte su casa en un oasis en el que refugiarse de las temperaturas extremas. Aquellos que no tienen la suerte de contar con un lugar propio donde darse un chapuzón se las ingenian para encontrar un lugar donde refrescarse. Como solución a estos inconvenientes este verano llega a la capital aragonesa la app Swimmy, una plataforma dedicada única y exclusivamente al alquiler de piscinas privadas por horas.
La aplicación, de origen francés y que hasta hace algunos meses tan solo operaba en Madrid y Barcelona, continúa ahora su expansión en Zaragoza. El funcionamiento es muy sencillo. «Swimmy se ha consolidado como el Airbnb de las piscinas privadas, cada usuario es libre de poder acceder, buscar el lugar que más le agrade y en unos minutos podrá disfrutar de un relajado día en familia o con amigos, celebrar cumpleaños, despedidas de soltero, comuniones, bodas, bautizos, clases de natación privadas o simplemente hacer ejercicio e ir a nadar un par de horas a un lugar privado», señalaban desde la propia aplicación. El alquiler se realiza por horas y el precio se paga por hora y persona.
En la plataforma aparece una pequeña descripción de las condiciones del alquiler y los detalles y comodidades del espacio como por ejemplo si están permitidos los animales, si hay tumbonas o si hay una barbacoa para acompañar el baño con una comida. Aunque cada propietario es libre de poner el precio que considere según las instalaciones y comodidades que ofrezca, el precio medio es de 5 euros por persona y hora.
La aplicación, fundada en Francia en el verano de 2017 después de una agradable tarde de piscina, opera en cinco países –Francia, España, Italia, Alemania y Bélgica–, Desde la empresa aseguran que Zaragoza, al igual que el resto de ciudades del país, es un lugar «con mucho margen de crecimiento». «España es el segundo país de Europa con más piscinas privadas, una cifra que ha aumentado incluso más después de la pandemia porque fueron muchas las familias que después durante el confinamiento se decidieron por construirse su propia piscina», aseguran. La aplicación contabiliza más de 1,6 millones de instalaciones privadas repartidas por toda España.
Por el momento, en la capital y sus alrededores solo cuentan con tres opciones disponibles para su alquiler pero la empresa espera que a lo largo de la temporada de verano más propietarios se animen a compartir sus espacios. Concretamente, una en la capital, una en Utebo y una en La Puebla de Alfindén. Todas ellas cuentan con capacidad para unas 15 personas y además ofrecen juegos, tumbonas, wifi y barbacoa entre otros servicios.
Uno de estos casos es el de Aurelio, que fue el primer zaragozano en poner su piscina a disposición de sus vecinos y que desde hace varias temporadas recibe invitados en su jardín, cumpliendo así con la filosofía de la empresa, «la felicidad se comparte». «Es una oportunidad para ambos, al propietario de la piscina le permite crear momentos de felicidad para otras personas al compartir su bien mientras rentabiliza su piscina y gana dinero y al mismo tiempo el usuario disfruta de su día piscina privada», explican desde Swimmy. Además, los creadores defienden que se trata de una forma de economía colaborativa en la que «todos salen ganando», afirman desde la compañía.
Además, desde Swimmy recuerdan que todas las instalaciones que aparecen en la aplicación están aseguradas y por tanto, reservar a través de la app garantiza que ambos, tanto el cliente como el propietario de la piscina, no tengan ningún problema si ocurre algún accidente o hay algún desperfecto en las instalaciones.
En total, la aplicación cuenta ya con más de 250.000 usuarios y ha registrado más de 150.000 descargas en los últimos 8 meses. Ahora, sus creadores buscan en Aragón un espacio donde seguir creciendo y añadiendo más propiedades a su catálogo que suma ya más de 500 piscinas en toda España, fomentando así que propietarios y usuarios puedan disfrutar de un oasis compartido en medio de la ciudad.
