Luis Felipe, alcalde socialista de Huesca, aprovecha las fiestas de San Lorenzo, que empiezan el día 9 de agosto, para hacer balance de la marcha de la ciudad, desde sus relaciones con la cercana Zaragoza al proyecto, ya en marcha, para convertirse en un referente de la formación en ciberseguridad.

¿Vuelven las fiestas de San Lorenzo a la normalidad total tras el cóvid?

Se aplican medidas de seguridad, como el uso de mascarillas en lugares cerrados con mucha gente. Pero en sí las fiestas de este año son normales, discurren sin ningún tipo de limitación, con una programación habitual.

¿Se recupera la tónica de los años anteriores a la pandemia?

Creo que se va a más. Este año, por lo que estamos viviendo en los prelaurentis, se notan muchas ganas de fiesta, por lo que se prevé que tengan más participación que en años anteriores al covid. Ya se ha visto en actos como la entrega de la parrilla de oro y el concierto de la Ronda de Boltaña. Se nota que hay ganas de diversión. Las peñas han agotado enseguida sus abonos para toda clase de espectáculos… La plaza de toros tiene todos los días filas para recoger los abonos y las entradas… Se percibe que hay muchas ganas de fiesta.

Al margen del lado lúdico de las fiestas, ¿cuál es su impacto en el turismo y la economía?

Cuando año atrás yo anunciaba que no iba a haber Sanlorenzos, anunciaba en realidad dos cosas malas. Una, que no iba a haber fiestas, con lo que eso significa desde el punto de vista sentimental, y dos, la pérdida económica que eso supone. La hostelería, la hotelería y el comercio se ven tremendamente afectados, pues San Lorenzo marca el calendario económico de esos comercios y al no haber fiestas las pérdidas que se producen son elevadas.

¿Se ha calculado cuánto dinero deja la semana festiva en la ciudad?

Es difícil calcular cuánto dinero dejan las fiestas en la ciudad. Sí se hizo un cálculo cuando el Desfile de las Fuerzas Armadas, el pasado mes de mayo. Entonces, un estudio reveló que el movimiento directo para la ciudad era de 1,7 millones de euros. Y aquello fue un evento único, de un día de duración, mientras que las fiestas son una semana de eventos. Eso significa que los recursos económicos que se mueven en la ciudad representan una cantidad muy importante.

¿Ya funciona a pleno rendimiento el cuartel Sancho Ramírez?

Al cien por cien no está todavía, pero lo estará este año al completarse la dotación de la instalación.

¿Se nota su efecto en la economía local?

Sin ninguna duda. Que una ciudad de 54.000 habitantes reciba una actividad con más de 700 empleos tiene un gran impacto, claro. Ya la tuvo la actuación dentro del cuartel, con una inversión de más de 15 millones de euros que invirtió Defensa. Y lo tiene también en las empresas que prestan sus servicios de limpieza, de mantenimiento, de servicio de comida, de comedor, de cafetería… Todo eso enriquece la vida de la ciudad de una manera  considerable.

Zaragoza, tan cerca

No hace mucho declaró que Zaragoza no ve más allá de la Z-40. ¿Era un crítica al alcalde de la capital aragonesa?

No, al alcalde no, porque además con Azcón tenemos buena relación de entendimiento y además hemos firmado por primera vez un convenio de colaboración en materia turística. Yo hablé de una forma abstracta, en referencia a que cuando se toman decisiones en grandes urbes, como Madrid o Zaragoza, falta visión de territorio. Pero no referido al alcalde de Zaragoza ni al Gobierno de Aragón. A veces se toman decisiones en las que no se tiene en cuenta el territorio. Y el territorio es muy amplio y tiene muchas características propias.

¿Cómo es la relación con Zaragoza ciudad?

Nosotros estamos a poco más de media hora de Zaragoza, porque ahora las distancias se miden en tiempo, no en kilómetros. La capital de Aragón tiene más de 700.000 habitantes y la estrategia de relación entre las dos ciudades más pobladas de Aragón es la cooperación, no la competición. Ese es el camino. Huesca necesita a Zaragoza y también Zaragoza necesita a Huesca, en el marco de una cooperación en diferentes sentidos, lo que pasa por conceder singularidad a ambas ciudades y al territorio. Si quieres equilibrar y ordenar el territorio tienes conceder singularidades, no duplicar, porque, si no, siempre gana el mayor.

¿En qué punto se encuentra la Ley de Financiación?

En las Cortes de Aragón se está acabando ya el trámite de una ley de nuevo marco financiero para los municipios de Aragón. En esa ley se recogen criterios y requisitos que el Ayuntamiento de Huesca ha elevado a las Cortes. Que haya un fondo estable, que no varíe según quién gobierna y según otras necesidades, y que se fija en torno a un millón de euros para Huesca. Que esa financiación no sea finalista, que no la tutele el Gobierno de Aragón, sino que sea la ciudad la que decida dónde se invierten. Es un marco nítido para avanzar en una financiación suficiente. Zaragoza tiene su Ley de Capitalidad y su propia financiación y lo que se pide para Huesca y supongo que para Teruel es que haya una financiación mínima que permita el desarrollo de proyectos estratégicos en la ciudad y que son del Gobierno de Aragón.

¿Se está potenciando Huesca como destino turístico?

Como resultado del covid, las capitales del interior de España se han visto potenciadas en materia turística, Huesca entre ellas. Y eso se nota en la calle, se ven grupos de turistas, gente que no ha venido nunca y que busca sitios seguros… Y eso se percibe también en los alojamientos, en que los índices de ocupación de Huesca son importantes. Y este año ha tenido mucho que ver en ese crecimiento el Día y la Semana de las Fuerzas Armadas, que llenó los hoteles durante muchos días, antes y durante los acontecimientos. Sí que estoy notando que Huesca está ganando espacio en el campo turístico. Claro que Huesca tiene un vecino muy potente, el Pirineo, por lo que hay que seguir insistiendo en convertirse en una ciudad de destino.

Es un proyecto ambicioso: dejar de ser un lugar de paso o de unas horas.

Estamos en una dinámica, una inercia, de gente que va al Pirineo y no va a la capital. Y hay que poner en valor los elementos muy positivos que tiene la ciudad, como la gastronomía, el patrimonio, la cultura, los festivales, como el de cine, la feria internacional de teatro, las jornadas de periodismo digital… Es decir, hay que poner en el tablero eventos que hagan más atractivo el destino y luego poner en valor las rutas internas de patrimonio o de gastronomía. De hecho Huesca es una de las ciudades de Aragón con mayor patrimonio en la configuración de la historia de la comunidad.

De carreteras a bulevares

¿Qué se hace para mejor la vida cotidiana de los oscenses? Recientemente se inauguró la remodelación del paseo Ramón y Cajal.

Creo que hay que cuidar la ciudad. Una cosa son los proyectos de largo alcance, como colocar la ciudad como referente en la formación de ciberseguridad en el campus universitario de Zaragoza, o el efecto de Amazon y otras empresas del campo de la economía del conocimiento tecnológico que ya han anunciado su ubicación en la plataforma logística PLHUS, y también el cuartel general  en las instalaciones del Sancho Ramírez, que es el segundo en importancia del Ejército de Tierra en España. Se trata de proyectos a largo y medio plazo para pivotar un modelo de ciudad, pero también hay que cuidar la micropolítica, es decir, cuidar las calles, la limpieza, la seguridad, la movilidad, la iluminación… Son las cosas por las que me preguntan los oscenses cuando me someto a sus preguntas en los medios de comunicación.

¿En qué situación se encuentra el proyecto de la formación en ciberseguridad?

En 2019 se celebró en Huesca la Semana de la Guardia Civil y se consiguió el compromiso de la Dirección General de la Benemérita para trabajar en la dirección de convertir a Huesca en un referente en ciberseguridad. Eso se materializó un año y pico después con la firma de un convenio entre el alcalde de Huesca y el secretario de Estado de Seguridad. Ese convenio recoge que la ciudad de Huesca será un referente en materia de ciberseguridad teniendo en cuenta a la Dirección General de la Guardia Civil y a la de la Policía Nacional, que son los dos elementos más importantes en ese terreno. Eso, sumado a la relación con la Universidad de Zaragoza, que presta la formación y donde están Amazon y Telefónica, hace posible ese inicio de estudios, como el celebrado este año en el Parque Tecnológico Walqa. ¿Eso significa que solo se dará la formación en ciberseguridad en Huesca? No. Se dará en el conjunto de Aragón. Pero la referencia en esta materia se situará en la capital oscense con una formación más especifica. Con la vista puesta a en ir avanzando en esa dirección y que hubiera un máster propio de la Universidad de Zaragoza en colaboración con Interior, el Ayuntamiento de Huesca, Walqa, Amazon y Telefónica. Ese es el objetivo final y mientras tanto vamos avanzando en la formación, con una especialización que el rector de la Universidad de Zaragoza ya ha dicho que será Huesca el referente.

Se están haciendo grandes reformas en la vía férrea entre Zaragoza, Huesca y Canfranc. ¿Es una forma de colocar a la ciudad en una posición más ventajosa en el mapa de las comunicaciones?

Sin ninguna duda. Estamos trabajando con Renfe, Adif y el Consorcio de Transportes de Zaragoza en mejorar la comunicación y la movilidad entre Huesca y Zaragoza. Hoy las dos ciudades están comunicadas por 11 trenes diarios de proximidad ferroviaria, un servicio regulado por la normativa europea. Nuestra idea es que se mejore movilidad entre las dos ciudades en horarios y frecuencias. Hay que tener en cuenta que la autovía A-23 canaliza diariamente más de 15.000 vehículos, que al mes supone 600.000 viajeros, lo que quiere decir que hay que optimizar el transporte mediante la derivación de parte de ese flujo al ferrocarril, que es más sostenible. Pero para eso hay que mejorar las frecuencias e intentar formar parte de la red de cercanías y de movilidad de Zaragoza. Que un oscense que va a diario a Zaragoza lleve un billete con el que pueda moverse por toda la capital de Aragón, tanto en bus como en cercanías y en tranvía. Esta misma intermodalidad puede aplicarse al autobús. Si mejoramos la movilidad entre ambas ciudades, además de ser más eficientes posiblemente Huesca tendrá la oportunidad de fijar más población.

La capital oscense ¿crece en población, se mantiene o pierde habitantes?

Huesca es de las pocas capitales de provincia que en los últimos 10 años no ha perdido población. Eso es ya de por sí un éxito. Y lo más importante, a mi juicio, es que la provincia de Huesca es la más equilibrada de Aragón, con una capital de provincia de 54.000 habitantes y varias cabeceras comarcales que oscilan entre los 10.000 y 15.000 habitantes que garantizan una red de servicios públicos y una red de empleo. Es decir, el equilibro territorial no se basa en la fuerza de la capital sino en la fuerza de todo el territorio, algo que no tienen ni Zaragoza ni Teruel y que se ha podido deber a años de gestión de una institución clave como la Diputación de Huesca, que ha llevado los servicios al territorio y ha mantenido la población y el empleo.

Una ciudad con 18.000 árboles

¿Qué obras están pendientes de realización en estos momentos?

Como decía Enrique Sánchez Carrasco, que fue alcalde de Huesca durante 12 años, la política municipal es una sinfonía inacabada. Siempre hay obras por hacer. En estos momentos, como actuación importante tenemos la traída de agua del embalse de Montearagón a la ciudad, que está para licitarlo, y espero que en 2023 puedan empezar las obras. Eso significa tener agua para consumo de boca y para posibles usos industriales. Asimismo, es importante la inversión en el ferrocarril, además de las inversiones en el campus y la recuperación de espacios del casco histórico para darles una función que han perdido, como el seminario. Otro capítulo son las mejoras de las principales vías urbanas. Ahora hemos acabado la reforma de Ramón y Cajal y falta por concluir una parte de los Cosos y también hacer la avenida Martínez de Velasco, que al igual que Ramón y Cajal tienen fisonomía de carretera nacional, que es lo que han sido hasta hace unos años. Y hay que reconvertirlas en vías urbanas.

¿Cómo es la relación con la oposición, en particular con el PP?

Bueno, yo tengo que decir que este mandato, que ha sido difícil, marcado por el cóvid, ha habido un consenso importante en la ciudad. Hemos tomado 150 decisiones por unanimidad de los cinco grupos municipales, lo que nos ha permitido modificar el presupuesto y destinar un millón de ayudas a fondo perdido a autónomos y pequeñas empresas y más de 700.000 euros a los bonos Impulsa, que ha tenido una repercusión de cuatro millones de euros en el comercio local, y nos ha permitido, en colaboración con la Diputación de Huesca y la DGA, destinar 2,5 millones a la hostelería y la hotelería. Todas esas decisiones que han permitido destinar muchos fondos a apartados que no contemplaba el presupuesto se ha hecho por acuerdo unánime de los grupos municipales, lo que es de agradecer.

La oposición le acusa de ir a remolque de los demás grupos municipales.

Bueno, estamos en agosto y en septiembre se definirán los candidatos a las elecciones de mayo y es de normal que la palabra Luis Felipe figure en el relato de la oposición. Porque el único candidato que, hoy por hoy, hay para las elecciones de 2023 soy yo. Los demás no tienen candidato, ni el PP, ni Podemos, ni Vox, ni Ciudadanos. Por eso es normal que ahora empiece ese juego político de ataque no al partido sino al candidato. Este es el contexto en el que se produce la crítica.

¿Cuál es su postura sobre la candidatura a los Juegos Olímpicos (JJOO) de Invierno?

Siempre he defendido la misma opinión. Los JJOO del Pirineo deberían ser en igualdad de condiciones y como un proyecto de España. No era un proyecto autonómico de nadie, ni de Aragón ni de Cataluña, sino de todo el país. Y confío en que se pueda retomar.

Basta pasear por las calles para darse cuenta de que Huesca es una ciudad con una gran calidad de vida.

A quienes vienen les llama la atención la gran cantidad de árboles que hay en la ciudad, más de 18.000, de los que 6.000 están en el casco urbano. Y con la Filomena solo hubo que intervenir en 12 ejemplares. Eso significa que el bosque urbano está bien cuidado. Además, somos la primera capital de España en número de metros cuadrados de zona verde por habitante. Huesca, por otra parte, es una ciudad cómoda. Por eso invito a todo el mundo a venir para San Lorenzo y unirse a la fiesta de una forma saludable y respetuosa.