El Periódico de Aragón

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Los incendios forestales

El incendio de Añón ya está controlado

Los últimos vecinos desalojados, residentes en el Santuario de la Misericordia, pudieron regresar ayer a sus casas / Las calles interiores de la pedanía se han salvado, pero hay zonas quemadas en el cámping municipal

El fuego fue caprichoso a su paso por el Santuario de la Misericordia, donde dañó principalmente jardines de las casas. SERVICIO ESPECIAL

El incendio de Añón de Moncayo, que ha arrasado más de 6.000 hectáreas, está ya controlado, tal y como ha informado este jueves el Gobierno de Aragón. Los últimos vecinos desalojados por el incendio declarado en Añón del Moncayo el pasado sábado, los residentes en el Santuario de la Misericordia, pedanía de Borja, regresaron este miércoles a sus casas con un nudo en el estómago por la incertidumbre de dónde se habrían detenido las llamas. El miedo de los últimos días, donde lo único que podían hacer los vecinos era vislumbrar las columnas de humo que salían del entorno del Santuario desde la lejanía, ha dado paso a un cierto alivio al comprobarse que no había grandes daños en la mayoría de las viviendas de la pedanía. Eso sí, el paso de las llamas ha dejado huella en buena parte de las zonas verdes del entorno, en los jardines que hicieron perímetro con el fuego, en el camping municipal y en las viviendas más exteriores. El corte del suministro eléctrico general se ha recuperado, aunque todavía quedaba por la tarde alguna vivienda sin electricidad. En general, menos daños de los que podía temerse durante los peores momentos del incendio que asoló las faldas del Moncayo.

«Al final, la casa está bastante mejor de lo que me esperaba al ver el fuego desde abajo», confiesa Aitor Tabuenca, vecino del Santuario de la Misericordia, que reconoce que se derrumbó al ver, desde la lejanía, que parecía que las llamas salían desde la parcela de su casa. «Me tuve que ir, y después ya me dijeron que la casa estaba bien», explica este bombero voluntario que también fue de los primeros en ir a hacer frente a las llamas.

En su caso, los daños en la casa familiar no son pequeños, pero tampoco puede hablarse de tragedia. «El jardín está arrasado, teníamos una caseta de madera con maquinaria que está arrasada, la zona que teníamos en la terraza de chill out está fatal y la depuradora de la piscina se ha quedado completamente derretida, que casi ha desaparecido», señala. La propia piscina ha sobrevivido al asedio de las llamas a medio llenar, ya que sirvió a los equipos de extinción como suministro. Las persianas chamuscadas y los cipreses del entorno quemados son las consecuencias que también dejó el fuego en una de las viviendas más afectadas en el Santuario de la Misericordia.

Por suerte, comenta este vecino por teléfono desde el Santuario, «hay muchas casas que están intactas». «El viento nos ha condenado y también nos ha salvado», asegura, porque todos tienen la certeza de que la velocidad del paso de las llamas hizo que estas fueran menos dañinas para las estructuras de las casas. «Se quemaba todo y nada, la temperatura subía muy rápido, pero pasaba muy rápido también, y nuestra casa por dentro está intacta», señala este residente de la pedanía de Borja.

El alcalde de la localidad, Eduardo Arilla, estuvo con los primeros vecinos que accedieron al Santuario tras el fuego. «Hay algún jardín y algún perímetro de fincas quemado, pero en las calles interiores no hay ningún daño. En el cámping municipal se ha quemado la parte del perímetro que lindaba con el fuego y en alguna vivienda hay desperfectos en los jardines y las persianas», resumía. «Los que salvaron el Santuario fueron los que trabajaron desde dentro: las brigadas de Aragón, los bomberos de la DPZ, los de la UME y los voluntarios», incidió.

Este balance inicial de daños les permite empezar a respirar de nuevo, aunque sin bajar la guardia. «Esta tarde hemos tenido varios sustos entre Borja y El Buste porque se reactivaban algunos focos. Seguiremos muy vigilantes», ha dicho Arilla.

Mientras, el Ayuntamiento de Borja prevé mantener el operativo de acogida desplegado el pasado fin de semana tras la declaración del incendio forestal pero transformándolos para los nuevos usos que requiere la nueva situación de la lucha contra el fuego. 

Una vez que los más de 80 desalojados que se refugiaron en el pabellón municipal pudieron regresar a sus viviendas, la instalación que les ha dado cobijo estos días ahora se dedica a centro de avituallamiento para las brigadas antiincendios del Gobierno de Aragón. «Mantenemos 80 mesas, 80 sillas y 80 colchones para los equipos de extinción y lo mantendremos mientras sea necesario», confirmó Arilla, que ha recibido en las instalaciones municipales a más de 80 personas desalojadas de los municipios vecinos. También continúa el operativo desplegado por parte de los voluntarios de la localidad.

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