Ni la inflación ni la subida de los tipos de interés han logrado mermar la compraventa de viviendas en la primavera de este 2022, que alcanza las 4.410 operaciones desde enero tras registrar un incremento trimestral del 6,62%. Es el pico desde el primer trimestre de 2008, justo antes del 'crack' inmobiliario, aunque el cambio de tendencia podría estar a la vuelta de la esquina.
De hecho, que el mercado inmobiliario aragonés esté aguantando el tipo frente a los nubarrones que se ciernen sobre la economía europea es algo "sorprendente" para Luis Fabra, el director de la cátedra en mercado inmobiliario de la Universidad de Zaragoza. "La reacción del mercado es muy sobresaliente. Se podía prever un cambio de tendencia ya para este segundo trimestre por el contexto económico, pero no se refleja de momento", ha afirmado este viernes en la presentación del informe trimestral en el Patio de la Infanta de Ibercaja, en Zaragoza.
En los últimos 12 meses, Aragón ha registrado 15.872 compraventas de vivienda, el máximo desde el valor interanual del tercer trimestre de 2008. Supone que por cada 100.000 habitantes, los aragoneses han comprado más de 12 pisos. Y quizás la tendencia al alza siga alza por dos razones: el precio se estabiliza con un ligero incremento (2,25% respecto a la primavera pasada) y sigue habiendo ahorro en los bolsillos derivado de la pandemia.
El precio del metro cuadrado se sitúa ahora mismo en 1.475 euros en la comunidad. Lejos quedan aquelas cifras de 2.200 euros por metro cuadrado que se llegaron a alcanzar en los peores momentos de la crisis financiera. En cualquier caso, el vigor del mercado inmobiliario estuvo abanderado por la vivienda usada, que acaparó más del 83% de las operaciones la primavera pasada. No obstante, el sobrecoste de las materias primas pone en jaque al gremio de la construcción. Por ello, las promotoras están comenzando a implementar cláusulas en los contratos de reserva por los que se pueden resolver los acuerdos por determinación de la constructora.
"Es un botón mediante el que se puede parar el proyecto si no va a ser viable. Si en el momento de empezar a construir, los costes se han incrementado en un 30 o 40% respecto al plan de negocio, iríamos a pérdidas. Las cláusulas permiten parar el proyecto, devolviendo por supuesto el dinero a los trabajadores. Entendemos que esto no debería suceder, pero hay que tener cláusulas preventivas", ha explicado Fernando Montón, el director general de Plaza 14.
Baja la fiebre por las casas unifamiliares en favor de la eficiencia energética
Bien es conocido el interés que se desató tras el confinamiento por la vivienda unifamiliar, con terrazas, jardines y zonas de esparcimiento, como efecto rebote frente a la opresión del aislamiento social que se vivió en la primavera de 2020. Sin embargo, poco queda de aquello ya en la mente de los compradores de vivienda. La vivienda colectiva, es decir, los bloques de pisos, aglutinan un 82,74% de las transferencias, cuando a finales de 2020 representaba casi cinco puntos menos (77,57%).
De hecho, la actualidad apremia y el interés se ha desplazado hacia la eficiencia energética. "Ahora se exigen mejoras en orientación y aislamiento", ha apuntado Fernando Used, arquitecto y socio fundador de la consultora Ingennus, ejemplificando que en una comparativa en la rehabilitación de los pisos sindicales de Zaragoza el ahorro energético era del 58% entre una casa con la fachada aislada y otra sin renovar.
Por municipios
La tendencia al alza es generalizada en todo el territorio aragonés. Aunque bien es cierto que Zaragoza acapara casi el 50% de las compraventas con 7.856, la variación interanual de transacciones es positiva en la mayoría de los municipios, con notables incrementos en Sabiñánigo (57,38%), Zuera (95,83%) o Benasque (103,03%). Quedan solo con valores negativos respecto a 2021 Alcañiz, Calatayud y Cuarte de Huerva.
